DDE VI. INTRODUCCIÓN / PRÓLOGO

Adam carga a Erin hasta el edificio donde estuvo antes. Camina bajo la tenue lluvia con Erin en brazos, inconsciente. Logra subir hasta el segundo piso, la acuesta en una cama y la arropa. Al tocar su frente se da cuenta que tiene fiebre. Baja hasta el laboratorio y vuelve con una compresa fría y una inyección para curar la fiebre y el dolor. Después de inyectarla y secarla, se quita la playera mojada, se seca el pelo y se tumba en un sillón a su lado, exhausto. De pronto resuenan en su mente unas palabras.

"—Conoces la respuesta. Todo este tiempo la has sabido, a pesar de que intentas ignorarla. Por piedad o simpatía, tal vez... Pero, al final, lo que tiene que ser, será. No importa cuánto quieras aplazarlo."

Recuerda el rostro de Bloody Mary hablándole al oído mientras sostenía su rostro, justo antes de haber empezado a mutar en el puente, luego de ser atacado por el experimento 83.

"—Si quieres sobrevivir hay una sola forma de hacerlo. Tienes que sacrificarla, Adam. Tienes que matarla tú mismo."

Mira a Erin, apretando en su puño el frasco que Mary dejó en sus manos, mientras sus palabras taladran su mente.

Tienes que matarla. Tienes que matarla. Tienes que matarla.

Hasta que cae rendido y la probeta, que contiene el mismo suero que Mary le clavó en el brazo, cae sobre la alfombra.