DDE IV. CAPÍTULO 9



Adam alcanza por fin al convoy cuando entran a un puente que los dirige a las afueras poco transitadas del centro. Cuando está a punto de alcanzarlos se abren las portezuelas traseras del último camión y salen cinco bestias que se lanzan sobre su auto. Adam tiene que salir del auto cuando éstas lo destrozan.

Muta a su estado semi completo y comienza a luchar contra las bestias. Las derrota con bastante facilidad. Cuando mata al último lo arroja sobre el camión y corre tras éste para detenerlo. Al pararlo sólo ve al conductor dentro. Lo mata con furia y corre detrás del siguiente. Éste abre las portezuelas y suelta otras cinco bestias que él mata de nuevo con facilidad. Al alcanzar al camión lo detiene de frente y ve que sólo está el conductor. Lo mata y entonces contempla el tercer y último camión que ya va demasiado lejos. Corre detrás de él y cuando ya va a alcanzarlo cinco bestias más salen de las portezuelas y tiene que distraerse matándolas, ya que esta vez lo sacan de la carretera. Cuando las mata vuelve a perseguir al camión que ya va lejos, pero logra interceptarlo en una curva.

Mientras tanto, adentro, el hombre llama a Mary para pedirle ayuda. Mary le pide su ubicación, pero antes de poder dársela Erin lo patea y hace caer el teléfono. Comienzan a forcejear y ella pisa el móvil para destruirlo.

Adam salta encima del techo y mira adentro a Erin y el hombre peleando. De pronto el hombre da un volantazo sin querer y Adam cae del techo. El camión se desvía y termina dando una vuelta completa, cayendo sobre las vías del tren que se acerca vertiginosamente.

Erin se sostiene del asiento y mira las luces del tren, desorientada, con la frente cubierta de sangre. Adam corre hacia el camión y lo arroja lejos de su camino. El camión choca contra un árbol y se detiene, quedando de pie.

Después de varios segundos, Erin logra incorporarse en su sitio y está a punto de bajar ya que se ha caído la puerta. Adam, que ha vuelto a su forma humana excepto su brazo izquierdo, camina hacia ella, agotado. Lleva sólo el pantalón y el aura negra aún lo rodea. De pronto el brazo del hombre le rodea a ella el cuello y con la mano libre le apunta a la cabeza. Le dice a Adam que la matará si da un paso más.

—No puedes hacer eso —le advierte—. Tu trabajo es llevarla viva.

—Bueno... —le contesta el tipo, nervioso— A estas alturas creo que sabemos que ambos perderemos algo al final del día.

Adam le advierte que si la mata él sufrirá un destino peor que la muerte. El hombre lo sigue amenazando, pero entonces Erin interviene y lo manda a la mierda, poniéndolo más tenso aun. Logra sacarlo de quicio y separarse unos centímetros de él, lo que aprovecha para darle un cabezazo. No le hace mucho daño, pero le proporciona a Adam el tiempo suficiente para avanzar hacia ellos. El hombre extiende el brazo y dispara el arma hacia Adam, le da en el hombro pero no le pasa nada. Él se arroja por encima de Erin, que se agacha instintivamente, y alcanza al hombre, sacándolo por la otra puerta.

Ambos caen al suelo y allí Adam le atraviesa la cara con su brazo izquierdo. Erin cae del camión y se queda encogida, de rodillas sobre el suelo, escuchando a los hombres pelear por unos segundos. Luego se levanta temblando, machacada, sangrando y cojeando, y comienza a caminar hacia la carretera.

Adam vuelve al camión, pero ve a Erin marcharse y camina detrás de ella. En silencio, sigue sus pasos. Ella lo sabe, pero no quiere girarse, pues las lágrimas surcan su rostro. Está agotada y lastimada, y no tiene fuerzas para enfrentarlo.

"No ahora... No así... No puedo matarte así. No ahora que no tengo poderes... No después de que me has rescatado... No ahora que te extraño tanto..." se dice en su mente, mientras trata de alejarse con patética lentitud.

Finalmente Adam le pregunta qué diablos está haciendo y ella le dice que tiene que volver al Instituto.

—No quiero ser pesimista, pero a ese paso no creo que llegues hoy —contesta él.

Pero ella dice que lo tiene que intentar. Adam trata de alcanzarla, pero ella le grita que se aleje y que se marche, pues no quiere verlo, pero al estar tan emotiva no logra ocultar su voz llorosa y al tratar de correr se cae. Adam la mira unos segundos, frunciendo el ceño, serio, y luego se acerca a pesar de que ella le grita que no lo haga. Al final se pone de cuclillas y le dice que no piensa dejarla allí. Trata de acercarse para quitarle las esposas, pero ella retrocede y en su enojo lo patea.

Adam se harta y finalmente la levanta bruscamente y se la echa al hombro derecho como un costal. Ella le exige que la baje, pero él le dice que la llevará al Instituto. Ella sigue gritando que la baje y patalea, pero Adam ni siquiera se inmuta. Al final ella le suelta en toda la cara que todo ha sido su culpa y que no necesita "ayudar" más. Le explica con rabia que al matar a Loward y a Wallace permitió que esos locos tomaran control de todo. Ella le reclama y discute con agresividad, culpándolo de todas las atrocidades que han pasado. Él calla hasta que ella termina de soltarlo todo y sólo entonces se quedan en silencio unos minutos, hasta que finalmente él decide hablar.

Le dice que sabe que debió haber muerto cuando regresó al Instituto, como le había dicho que haría, pero el miedo lo venció y al final encontró una excusa para no hacerlo. Esa excusa fue Anthea. Luego descubrió el antídoto de Vita y encontró la forma de engañar a la muerte. Ahora es un fantasma que ha contaminado un cuerpo putrefacto.

Erin le dice que no intente conmiserarse para darle lástima, pues sabe que pudo haber elegido entre matar o no a Otto, pero él simplemente le dice que, a pesar de todo, no se arrepiente de haberlo hecho, pues Otto había estado haciéndoles más daño del que se imagina. Él quiere que los pródigos se liberen de la sumisión y el miedo, declarando que todo lo que le ocurrió a ella y a su grupo fue consecuencia de la vulnerabilidad en la que han estado siempre, tachando a Otto de corrupto y egoísta.

—Él nunca fue uno de nosotros, ni tampoco Damon... No importa lo mucho que sientas que quisieron protegerte. Al final siempre estuvieron del lado de ellos mismos —aclara él.

—Otto estaba del lado de la justicia —responde ella, con enojo y dolor.

—... Yo estoy del lado de la libertad —dice Adam.

Después de meditarlo en silencio largos minutos, Erin lo contradice, refutando que él no sabe lo que es la libertad.

Adam está de acuerdo, y por eso le dice que no piensa sustituir a Wallace ni decirle a nadie cómo regirse ahora, pero piensa que liberarse de Wallace es algo que, a largo plazo, les beneficiará mucho más.

Erin piensa que ha perdido la cabeza y que no puede fiarse de su juicio, pues no hay forma de que justifique lo que le hizo a Otto, mucho menos ahora que ha admitido que no se arrepiente. Sigue reclamándole, pues piensa que todo estaría mejor con Otto aquí, incluso con Damon vivo. Pero Adam está convencido de que Otto no merece la benevolencia y el aprecio que todo el mundo le da. Ella está convencida de que se ha vuelto loco y le dice que si pudiera lo mataría ahora mismo.

—Sé que lo harás. —Ladea una sonrisa, ocultando su mirada—. De hecho, espero que lo hagas.

Le explica entonces que no espera que su vida se prolongue mucho más y es consciente de que no hay lugar en este mundo al que él pertenezca, pero que antes de morir quisiera arreglar algunos errores que algunos idiotas, los que lo convirtieron en lo que es ahora, cometieron. Le dice que no pretende ser un héroe y le pide perdón si alguna vez le hizo pensar que lo sería, pero sabe que ahora tienen que detener al equipo de Damon a como dé lugar y no podrá hacerlo sin ella. Y, al final, espera que sea ella quien se deshaga de él para terminar por fin con toda mierda que Damon y Otto crearon.

Erin se queda pensando en lo que Damon le dijo una vez sobre ellos dos.

"Tú sobreviviste porque eres la contraparte de Adam... Tú eres su polo opuesto, su complemento. El bien y el mal... Depende de ustedes decidir."

Sigue lloviendo, pero Adam continúa caminando sin detenerse.

—Nunca fui parte de tu mundo, ¿no es así?... Siempre fuimos... polos opuestos —habla ella con una voz más tranquila, pero resignada.

Adam se queda pensando en esto y al final admite que puede ser verdad.

Después de un rato en silencio, cada quien sumido en sus pensamientos, ella le dice que la sangre se le está yendo a la cabeza.

—¿No vas a volver a atacarme? —le pregunta.

—Aunque lo intente no puedo hacerte nada —responde resignada.

Al final Adam la baja, se incorpora y la mira con seriedad. Están frente a frente, pero ella baja la cabeza, incapaz de mirarlo a la cara. Después de unos segundos él le pide que se gire. Ella siente un escalofrío recorrerle la espalda mientras se voltea. Adam sujeta las esposas con la mano derecha, y con increíble fuerza rompe la cadena por la mitad. Ella se abraza a sí misma instintivamente, sobándose los brazos. Siente la presencia de Adam a sus espaldas, inmutable y asfixiante, tan abrumadora que siente ganas de echarse a llorar.

A su lado, los autos pasan sobre la avenida, dirigiéndose al puente, mientras la tenue lluvia sigue cayendo.

—Sé que no me perdonarás... —dice Adam a sus espaldas, con la mirada fija en su cabello corto—. Y probablemente no volvamos a ser cercanos, así que no puedo pedirte tu confianza... Pero créeme ahora: haré que todos los que te han hecho daño paguen caro por todo.

Ella tarda unos segundos en girarse y finalmente encararlo.

—El único que me ha hecho daño has sido tú —declara con seriedad.

Él saca una especie de daga y se la tiende.

—Entonces hazme pagar —dice del mismo modo—, pero primero déjame acabar con todo lo que empecé.

Ella duda, pero coge el cuchillo. Sin embargo, le dice que no puede confiar en su palabra. Adam le contesta que ella sabe que él es el único que puede terminar con todo esto.

—No... Lo haremos los dos —sentencia ella, mientras se guarda el cuchillo en un bolsillo.

Adam la mira y asiente. Ella mira sus ojos. Ojos verdes desolados, fríos, inhumanos, endurecidos por la vida, el dolor y el odio. Nadie dice nada y al final ella agacha la cabeza, abrumada. A petición de él, ella sube a su espalda y él continúa su camino bajo la lluvia, de vuelta hacia la ciudad.

Llegan al Instituto hasta el amanecer. Bajo el alba contemplan el lugar destruido y rodeado de patrullas y reporteros, con varias calles a la redonda acordonadas. Erin, que iba dormida, despierta y baja de la espalda de Adam. Entran caminando mientras ella contiene el llanto. Al entrar ven a Wells hablando con un oficial. Al desocuparse ve a Erin y la abraza. Entonces mira a Adam y después de un momento lo saluda cortésmente, mostrando que aún siente simpatía por él. Ambos se sorprenden cuando Wells le da las gracias a Adam por ayudarlos esa noche.

Cuando Erin le pregunta qué está pasando, Wells le explica que después del escándalo la policía llegó a intervenir. Hay cerca de cincuenta muertos y cien heridos en atención, en la parte de atrás. Aproximadamente una tercera parte de los muertos son enemigos. Todos los alumnos están aterrados y varios han huido. El Instituto está en condiciones inhabitables. Han decidido trasladarlos a todos a Washington, al Instituto Mouth, en cuanto antes. Respecto a la policía y la prensa, tienen que pensar en algo rápido para que no lleguen a indagar hasta llegar a la verdad que oculta el Instituto y descubran a los pródigos.

De momento le pide a Erin que baje para que la curen pero le pide a Adam que se quede arriba para evitar cualquier conflicto. Él se queda sentado en un banco después de que ellos se marchan.

~▪️~

En un coche llegan Diane y Miles. Logran cruzar la zona acordonada, pero al llegar a la entrada un policía les pide identificarse. Uno de los doctores principales aparece y le dice que los deje pasar. Diane está muy exaltada y pide explicaciones. El doctor le explica todo a grandes rasgos. Entonces ella ve a Adam y tiene la intención de irse contra él, pero el doctor le dice que Goti está abajo, malherido, y que Anthea fue secuestrada. Diane, aun más preocupada ahora, baja y le pide a Miles que espere arriba.

Miles se acerca al banco y se queda de pie junto a Adam, mirándolo de reojo. Adam se da cuenta y le pregunta si tiene algo en la cara. Miles niega con la cabeza y le dice que no, reprimiendo una sonrisa. Se gira para mirar a otro lado, pero un minuto después vuelve a mirarlo.

—¿Qué? —suelta Adam, algo irritado.

Miles finalmente le dice que ha escuchado hablar mucho de él y le impresiona conocerlo en persona por fin. Adam se muestra algo indiferente, pero cuando le explica que es amigo de Erin, que la conoció hace mucho tiempo y que era un espía, Adam se muestra más interesado en hablar con él.

~▪️~

Abajo, en el laboratorio, Diane entra y ve a Erin que ya está vendada. Ella le dice que está bien y le pide que vaya a ver a Goti. Al ir con él lo encuentra en una camilla. Él le dice que se siente bien y que quiere ir a buscar a Anthea, pero Diane le dice que está segura de que lo hará, tal como la vez pasada, pero le pide que se recupere primero. Él insiste en que ella corre peligro, pero entonces entra Erin y le asegura que la encontrarán a ella y a todos los responsables, así tenga que buscar bajo las piedras. Entonces Diane le dice que tal vez no sea necesario. Le comenta lo que Miles sabe y ambas salen a buscarlo.

Arriba lo encuentran hablando con Adam. Al ver a Erin, Miles se levanta, preocupado por su estado, y al encontrarla bien ambos se saludan con un efusivo abrazo que hace a Adam fruncir el ceño. Luego Erin le pide a Miles que le diga todo lo que sabe sobre Vincent Eyre y él promete darle la información completa en cuanto tengan tiempo y una computadora.

Cuando él le pregunta qué planea hacer ella dice que sacarán a la luz sus secretos y destruirán su organización de una vez por todas. Miles dice que si logran desenmascararlos su agencia podría intervenir con ayuda militar y política. Diane se muestra escéptica sobre poder llegar hasta esa información, pero Miles le asegura que él no era espía informático en una de las organizaciones secretas más importantes del país sin razones de sobra, por lo que le asegura que puede conseguir mucho más de lo que cree. Pero Diane sigue sin creer que puedan conseguir infiltrarse en lo más profundo de la organización de Damon, en donde quiera que sea su sede principal, ellos solos. Entonces Erin explica:

—Ellos crearon una organización indestructible, pero también hicieron un arma invencible, la única capaz de destruirlos por completo... Nosotros utilizaremos esa arma contra ellos.

Cuando Diane le pregunta cuál es esa arma, Erin se gira hacia Adam, que le devuelve una mirada profunda y directa, en la que sobran las palabras. Miles y Diane comprenden el mensaje y guardan prudencial silencio.

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