DDE VI. CAPÍTULO 5
En medio de una espesa neblina, se ve a Goti y Anthea llegar por primera vez al Instituto en Washington. Se impresionan con el recibidor, sobre todo Goti, mientras que Anthea está más bien emocionada. Él lleva el cabello hasta el hombro y Anthea unas trenzas cortas. Goti le dice que es demasiado grande y ella le contesta que una mansión es la única forma de ocultar un Instituto.
Aparece un hombre y les da la bienvenida. Recorren el Instituto y al final los lleva a lo que será su casa, que es una sección de la mansión con dos pisos y un enorme balcón. Goti sale y contempla la vista, impresionado. Anthea sale con él, emocionada. Él confiesa que nunca había visto tanto lujo y ella, al verlo algo incómodo, le pregunta si quisiera vivir en otro lugar. Goti le pide que no se preocupe, que sólo está impresionado. Entonces la atrae hacia él y le asegura que será feliz allí porque está con ella. Anthea lo besa y le dice que, si le ha sorprendido la casa, espere a ver la cama. Se lo lleva a la habitación.
Entonces, entre los besos de Anthea, sus caricias, sus miradas, comienzan a aparecer imágenes de las zonas secretas repletas de monstruos y la imagen de Anthea tendida a sus pies, cubierta de sangre.
Goti despierta con dificultad, con un punzante dolor en el costado. A través de los huecos de las cavernas se puede ver el sol naciente al horizonte. Puede sentir los síntomas de estar perdiendo mucha sangre. Al ver a Anthea ella le dice que temía que hubiera muerto. Aunque él trata de calmarla, Anthea insiste en que debe buscar ayuda solo, ya que ella no puede caminar, antes de que sea tarde. Ella parece deprimida y él le cuenta que ha comenzado a recuperar sus recuerdos. Le cuenta algunos, pero ella le pide llorando que pare. Trata de abrazarla, pero ella se niega. Impotente, le promete que la sacará de aquí.
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Mientras tanto, después de un largo viaje, Belle y Gethin son llevados frente a Antoine, que ordena encerrarlos en unas jaulas junto con Miles, luego de que Mary le explica que "jugaron a ser Dios" al revivirlo y darle poderes.
En la habitación donde los dejan, dentro de dos jaulas, Miles se entera gracias a Geth que se encuentran en el refugio donde está la computadora madre a la que planeaban acceder. Al preguntar cómo lo sabe él confiesa que estuvieron allí hace tiempo, que es un lugar donde se almacena información genética y se experimenta con ella. También es donde se crea el experimento 83. Entonces se dan cuenta que la mochila de Miles con los instrumentos para hackear la computadora se encuentra sobre una mesa cerca de ellos. A Belle le resulta demasiado conveniente.
De pronto entra Bloody Mary y Belle se queda inmóvil. Se acerca y Belle la llama "April", a lo que ella sonríe.
—Veo que no has sabido aprovechar tu oportunidad. Incluso te había dejado escapar con tu nueva novia —se ríe Mary.
Belle le reclama por volverlos aquí, a lo que ella asegura que la razón son sus nuevos amigos, Adam y Erin. Al escucharla enfatizar en Erin, Belle se da cuenta de algo, pero no lo dice.
Mary explica que está aquí por Miles, a quien llama por su nombre real y le entrega un chip. Belle la acusa de querer manipularlos, pero Mary le dice que ella es la única con quien le gusta jugar. Antes de irse presiona un botón y le pide a Belle que esta vez no se deje atrapar.
Las jaulas se abren y Mary sale. Miles explica que lo que le dio es una llave para acceder a la computadora principal. Geth no está convencido de hacer lo que ella quiere, pero no hay más opción.
Salen de allí con la mochila de Miles y Geth tiene que regresar a Belle de sus pensamientos.
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Una hora después, Goti ha salido de la caverna para intentar encontrar recepción, adentrándose de vuelta a la fortaleza donde puede captar mejor señal que en los pasillos de cuevas vacías. Pero empieza a delirar por el dolor y la intercepción de sus pensamientos de reprogramado. Varias imágenes pasan por su mente. Algunas son ordenes que se mezclan con Anthea y él, desnudos en una cama, haciendo el amor. Anthea ríe y gime por intervalos de imágenes, mientras él la besa y acaricia.
Él sigue avanzando, perdiendo sangre.
En su mente están recostados, ella murmura algo mientras lo mira, le sonríe, juguetea con su cabello.
El aparato comienza a tener recepción. Rendido, se deja caer en un rincón oscuro de la cueva.
La voz de Anthea se va volviendo cada vez más clara. Sus fuerzas se van agotando. Apenas alcanza a presionar un botón en el rastreador antes de rendirse. Entonces entiende por fin las palabras de Anthea.
"—Ven conmigo a Washington —le pide ilusionada."
Él sueña con su cuerpo desnudo sobre las sábanas blancas y con sus labios gruesos formando una sonrisa.
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Lejos de allí, dentro de las instalaciones, Miles ha conseguido encontrar una de las terminales de la computadora madre con ayuda de Geth y Belle. Mientras ellos cuidan la entrada, Miles descarga todos los datos a través de su equipo de hackeo hacia un pendrive. Usa la llave de Mary para acceder más fácilmente.
Llevan un buen rato y, casi al terminar, el localizador que Goti le dio a Miles se activa en su bolsillo. Al verlo descubre que Goti está muy cerca de su ubicación. Los archivos terminan de descargarse y él está a punto de apagar, pero un documento se descomprime en la pantalla y al abrirlo, leer lo que dice y analizarlo, descubre información sobre Erin que lo deja sin aliento. Más concretamente, sobre los planes que hay para ella, que él entiende son maquinados por el equipo de Loward. Cierra el documento y se desconecta.
Geth y Belle vigilan la entrada, aunque Belle está más perdida en sus pensamientos. Miles se reúne con ellos, pero antes de poder partir la computadora activa un sistema de autodestrucción y los tres salen corriendo.
Los descubren y les disparan, pero ellos corren y cuando la habitación explota los guardias mueren. Miles logra esconderlos en una zanja de piedra tras unos escombros. Geth dice que ya deben saber que se escaparon, pero Miles alega que deben tener mayores problemas ahora. También comenta que ese sistema fue activado manualmente.
Afuera, aparece Antoine con la camisa desabotonada, saliendo de la habitación donde estaba con Luz. Le informan de la situación y de que Geth y Belle han escapado. Antoine ordena restablecer de inmediato el sistema de seguridad y recuperar la información confidencial.
Mientras tanto, Mary manda un mensaje de voz, escondida, diciendo que han sido liberados, pero aún falta que salgan de las instalaciones.
El trío, por su parte, consigue llegar a una habitación de ventilación después de casi una hora de permanecer escondidos y Miles logra abrir un ducto por el que escapan.
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En su inconsciente, Goti recuerda el funeral de su madre. Se marchó rápido para ir a un peñasco cerca de donde ella vivía. Anthea lo alcanza allí y se acerca cautelosa. Cuando Goti se da cuenta de su presencia se seca las lágrimas discretamente y continúa fumando. Ella se para a su lado y le pide perdón por invadir su privacidad, pero se había hartado de estar con toda esa gente en el funeral, refiriéndose a los miembros del comité de científicos del Instituto, que asisten por tratarse de la mujer del fallecido doctor Shial Goti. Le dice que se sentía como una hipócrita, probablemente porque al conocerla, gracias a él, se dio cuenta de que realmente nadie conoció a los Goti.
Ella le dice que puede irse si prefiere estar solo, pero Goti le pide que se quede. Guardan silencio por un rato. Hay algo de tensión en el ambiente. Goti le dice que, antes de morir, su madre le contó que ya había perdonado al Instituto y a la gente que llevó a Shial a la muerte, que lo hizo por ella misma, y le pidió que él lo intentara para no consumirse en su rencor. Goti se recrimina por no ser capaz de perdonar mientras ella ya lo había hecho. Entonces le pide perdón a Anthea por haberla metido al saco y dudar de estar con ella por algo así.
—¿Significa que ya no tienes dudas? —indaga ella.
—No podría vivir sin ti de ninguna manera —contesta él.
Anthea sonríe y se limita a tomar su mano. Goti entrelaza sus dedos y suspira, reteniendo el llanto. Finalmente ella lo abraza y Goti se permite llorar en su hombro.
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En otro recuerdo, la madre de Goti le prepara la cama de invitados a Anthea, que platica con ella. Goti vuelve con leña para la chimenea. Después de un rato la mujer se marcha, diciéndole a Anthea que es un placer tenerla en casa.
Al quedarse solos Goti admite estar impresionado por cómo se ha ganado tan rápido a su madre, pues nunca logró que aceptara a ninguna de sus novias anteriores. Anthea se regodea y él admite que es la mujer más hermosa que ha conocido. Intenta tocarla, pero a ella le da pena teniendo a su madre tan cerca.
Goti la lleva a un cobertizo trasero que antes fue un establo. Le cuenta sobre su infancia allí con su padre. Recorren el lugar y cuando ella encuentra un rincón cómodo lo llama con un dedo y se baja los tirantes del blusón. Él se acerca, la besa y recorre sus pechos con su boca. La empotra sobre un gabinete. Le levanta el blusón, cuela una mano por su pelvis y comienza a estimularla. Ella enreda sus piernas alrededor de su cintura. Le suplica que la coja y, mientras él se prepara, ella le quita la camiseta y besa su cuello. Finalmente la enviste y hacen el amor con urgencia por varias horas.
Por la madrugada, cuando ella se ha quedado dormido sobre su pecho, él la carga en brazos de vuelta a la habitación, la arropa en la cama y la contempla.
De pronto se ve a sí mismo asfixiándola. Ella no lucha. Muere lentamente a su merced. Él llora, pero no puede detenerse. Entonces despierta.
Se encuentra con el rostro de Belle, quien anuncia que ha despertado. Miles y Gethin se acercan y Miles explica que lo encontraron gracias al rastreador que le dio. Lo curaron con agua salina de la cueva y lo vendaron con la camisa de Belle. Goti se levanta con dolor pero más lúcido. Les dice que ha dejado sola a Anthea y los cuatro, guiados por Goti, se encaminan a la caverna donde está escondida.
Al entrar ella está intentando cortarse el cuello con una piedra afilada. Goti la detiene y la abraza con fuerza. Anthea, llorando, dice que creyó que la habían encontrado y prefería morir antes que ser capturada. Miles, Belle y Gethin se mantienen apartados y se dan cuenta de que ella no puede caminar. Cuando se queda dormida Goti se acerca a Miles y le dice que él se encargará de ella, temiendo que piense que será un estorbo para escapar, pero él afirma que no planea dejar a nadie atrás. Deciden que Miles y Goti saldrán para investigar una forma de escapar, dejando el rastreador y las armas a Geth y Belle. En el camino Miles le pregunta a Goti por qué no confía en el Instituto.
—Tú eres el espía, ¿no? Deberías estar más enterado tú —le responde.
—Ya no sé nada... Lo que creía saber era todo mentira —confiesa el otro, contándole ante su renuencia que él descubrió que la agencia para la que trabajaba presentaba irregularidades en sus informes y sus acciones, además de que tenía socios fantasmas que descubrió cuando habló con su ex jefe en la cafetería.
Por fin Goti confiesa que no confía en sus propias facultades, pues ha estado teniendo visiones, pero sabe que el Instituto intentó abandonar a Anthea y retenerlo, es por eso que no volverá a confiar en él. Al final llegan a la conclusión de que debe haber infiltrados en el Instituto. Miles lo cuestiona, porque Anthea querrá volver al Instituto, pero Goti, frustrado, dice que primero se preocupará por sacarla de allí.
Mientras tanto, Anthea despierta y ve a Gethin. Le sonríe.
—Estás exactamente igual que la última vez que te vi —dice ella.
—Y tú tan diferente —comenta él—. Pero igual de triste y perdida.
Ella le explica que ha pasado el tiempo y él pregunta si sigue pensando que el fin justifica los medios.
—Sería una hipócrita si dijera que no —ríe con nostalgia.
Le explica que había cientos de fetos donde estaba y él explica que se trata de una nueva versión de 83. Sorprendida, Anthea descubre que han logrado clonar a Adam, pero que sus capacidades genéticas sólo las pueden adquirir de ella y eso es lo que estuvieron haciendo al tenerla secuestrada. Ella no entiende por qué quieren replicar en masa a Adam, a lo que Geth le asegura que ella no es más que un experimento para ellos, igual que ellos mismos. Lo que sea que planee el equipo de Loward, les falta sólo un paso: comprobar si el vínculo se ha logrado.
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