DDE V. INTRODUCCIÓN / PRÓLOGO
Erin entra a la sala de reuniones, en la parte subterránea, para hablar con los líderes que han tomado control de lo que queda del Instituto. Propone salir en una contienda para encontrar al grupo de Damon y detenerlos desde sus entrañas antes de que se atrevan a atacar de nuevo. Para ello pide la ayuda militar de Pyers y explica que su victoria será gracias a utilizar a Adam como arma.
Todos se oponen a hacer alianza con Adam y algunos le piden incluso que lo traiga para ser juzgado. Al final Pyers le niega la ayuda, explicando que van a trasladar a todos de inmediato y se prepararán para recibir a cualquiera que pretenda entrar al Instituto, ya que si las autoridades lo disponen ellos tendrán que hacer frente y mostrar que siguen allí para que nadie interfiera, además de que no pueden dejar los laboratorios descuidados y no pueden trasladarlos.
Aunque Erin insiste en que la única manera de detener a los atacantes es atacarlos primero, pues esperar un nuevo ataque sería como firmar su sentencia, Pyers se muestra inflexible y, dado que nadie apoya a Erin por lo de Adam, ella finalmente tiene que abandonar la sala sin conseguir nada mientras los directivos continúan su junta.
Cuando la reunión termina, Wells se marcha a su oficina, donde Erin lo espera sentada en el suelo, afuera de la puerta. Ella mira al frente, seria. Wells suspira.
—Así que no tuviste suficiente allá, ¿eh? —le dice mientras entra.
Erin lo sigue y le explica con rabia que están dictando su sentencia de muerte al quedarse allí encerrados y que ese plan es simplemente estúpido. Para su sorpresa, Wells se gira hacia ella y le da la razón, pero cuando ella le pide ayuda para convencer a Pyers y al resto él le dice que no puede hacer nada, pues no es responsable de las decisiones que cada uno tome.
Sin embargo, cuando Erin se encoge de hombros con aires de decepción e impotencia, él le explica que, así como no existe ya una autoridad responsable de todos los departamentos del Instituto, tampoco Pyers le puede impedir que lleve a cabo cualquier decisión que ella considere necesaria, por lo que le aconseja con sutileza, justificando del mismo modo la libertad de decisión de todo el mundo, que invite a todos las personas fuera del consejo directivo que pueda a que la ayuden, incluyendo alumnos y soldados que se encuentren dispuestos físicamente aún en el Instituto.
Ella se queda pensándolo, mientras Wells toma unas carpetas que necesita y se marcha. Erin toma en cuenta el consejo y se encamina por su parte a la superficie.
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