DDE V. CAPÍTULO 6



Se marchan del edificio en el auto de Adam. Él conduce mientras Leslie se sienta a su lado. Geth pregunta cuál es el plan y Erin les cuenta la idea de rastrear al grupo de Damon. Él no cree que puedan ellos solos, pero Adam asegura que podrán. Belle alega que, aunque lo logren, nunca los dejarán en paz. Gethin asegura que no le importa sobrevivir, sino vengarse de las personas que mataron a sus familias, aunque Belle no comparte este pensamiento. Entonces le cuentan a Erin parte de su historia, desvelándole quién es Bloody Mary. Al final Erin les asegura que todos los responsables pagarán.

~▪️~

Afuera de una cafetería, un hombre espera en una mesa. Aparece Miles y se sienta frente a él. El hombre, que se llama Jeff, se burla por su indiscreción, pues no va encubierto, pero Miles afirma que no hace falta ya que para la agencia él ya no es importante.

Hablan un poco sobre cómo ha ido todo en la agencia y Miles le cuenta a su ex jefe cómo planea regresar a la agencia luego de desenmascarar a Damon, sin embargo, le dice que ha encontrado irregularidades en la información que descubrió y lo que la agencia les había dicho todo el tiempo. Jeff le pregunta si dentro de la agencia nunca tuvo la sensación de saber menos de lo que se supone que sabía, como si fuese un peón al que le hacían creer que era un alfil. Le extiende un pendrive que él conecta a su teléfono y encuentra unas imágenes que lo dejan sin palabras. Mira a Jeff con gesto interrogante.

—Es probable que tú sepas más que todo mi departamento junto —sonríe Jeff—. Entonces, no subestimes lo que les puedas importar.

Miles le pregunta qué se supone que debería hacer con eso y Jeff le pide que, ahora que está afuera, no vuelva a entrar.

~▪️~

En el piso de alquiler, Diane está en el sofá mirando la foto de Miles cuando éste entra y ella la oculta de inmediato. Él le comenta que no ha podido comunicarse con los chicos que volvieron al Instituto. Diane dice que comprende a Erin, pues no podría abandonar a sus amigos. Luego admite que teme morir antes de que pueda encontrar a Chris. Miles trata de consolarla y le confiesa que también teme morir antes de descubrir cuál es su objetivo, contándole sobre esa sensación de tener algo importante que hacer pero no recordarlo porque está perdiendo la memoria.

Ella insinúa que tal vez no haya sido una casualidad conocerlas. Indecisa, le pregunta si confía en ella y él responde que sí. Finalmente se arma de valor y le enseña la foto.

—¿Qué es esto? —pregunta él.

—Una fotografía del 2005 —comienza a explicar ella—, de una de las clases de Otto en el Instituto Wallace. Una clase de niños pródigos... ¿Reconoces a ese niño? —señala a un chico.

Él se queda petrificado al darse cuenta de que se trata de él. La mira anonadado y ella le explica lo que Erin le contó, revelándole todo su pasado y la verdad respecto a su pérdida de memoria. A Miles le cuesta un buen rato digerir todo y al final le pregunta por qué no se lo había dicho antes. Diane le explica que Erin no había encontrado el momento adecuado. Entonces nota un par de lágrimas en los ojos de Miles y éste le dice que necesita un poco de aire. Se levanta y sale del departamento. Diane se queda allí, preocupada.

Después de un rato sale a verlo y lo encuentra al pie de las escaleras del edificio. Le invita un cigarrillo y se sienta junto a él. Ella se disculpa por haberlo alterado, pero él le sonríe y le da las gracias por habérselo contado. Le confiesa que ahora se siente más ligero, sin la duda de su pasado ni el miedo de estar perdiendo la memoria. Lo que no entiende es cómo el Instituto puede hacerle eso a sus propios niños, llenándose de dudas.

Diane teme que se marche, pero él le promete que no irá a ningún lado mientras no se termine todo esto.

—¿Y después? —cuestiona ella.

Él se ríe y enumera un par de cosas: superarse, conseguir un nuevo trabajo, viajar, tener un perro, enamorarse.

—¿En serio quieres enamorarte? —le pregunta Diane, abochornada.

—Bueno... —Se encoge de hombros—. ¿Por qué no? Hace mucho que no lo he estado y, para ser honesto, la última vez fue de una adolescente con cambios hormonales trágicos.

—No tendrías que esperar hasta marcharte —suelta, pero de inmediato se arrepiente y se encoge—. Es decir, ¿qué hay de Erin?

Miles se ríe y ella levanta la mirada, confundida.

—¿Estás bromeando? Para empezar, tendría que medir como 1.90, tener aspecto de gótico asesino y mutar mi cuerpo de formas espeluznantes para que se fijara en mí —dice él.

Diane se muerde el labio, molesta consigo misma.

—¿Qué pasa? —pregunta Miles.

—Eso significa que sí te has interesado en ella —responde sin esconder su molestia.

Miles, contrariado, le explica que con el tiempo aprendió a querer a Erin como una buena amiga y no puede verla como algo más. Diane lo mira impresionada y le dice sin rodeos que creyó que estaba enamorado de Erin. Miles atina a preguntar por qué pensó eso y cuando Diane le explica que es porque siempre está al pendiente de Erin, él le dice que también lo ha estado de ella y le hace ver que en realidad ha sido con ella con quien ha permanecido todo este tiempo. Ella se queda en silencio, pensativa. Él vuelve a darle las gracias por la foto.

—Sí, bueno, no fue nada. Erin también pudo haberlo hecho —dice ella, abochornada.

—Sí, pero me alegra que hayas sido tú —contesta él.

Ella lo empuja para ocultar su bochorno, pero él la rodea con un brazo y le da un meloso beso en la mejilla. Ella lo aparta, pero él se ríe y la abraza para molestarla. Forcejean y al final Diane se rinde, resoplando. Miles se ríe y la suelta, acomodándole el cabello revuelto y después acariciando su mejilla.

Diane lo mira abochornada y él borra su sonrisa. Se miran en silencio unos segundos y él baja la vista a sus labios. Sin decir nada, la distancia entre ellos se va acortando. A Diane se le corta la respiración cuando comienza a sentir su aliento sobre sus labios.

Pero en ese momento un coche se estaciona frente a ellos. Diane lo empuja y se incorpora de inmediato. Del coche bajan Adam y Erin. Miles se levanta del piso, algo adolorido. Erin los saluda, les explica lo que pasó y les presenta a Gethin y a Belle. Entonces, del otro lado, baja Leslie. Al verla Miles se queda sin palabras. Le dice que estaba muy preocupado por ella y que en la agencia la habían dado por desaparecida. Adam levanta una ceja y afirma que se está perdiendo de algo, pero ante el nerviosismo de Leslie, Miles les pide a todos que suban primero.

Antes que nada, Erin les presenta a Belle y a Gethin y les dice que los acompañarán. Con ayuda de Adam les explica la importancia de su sangre y porqué no deben capturarlos de nuevo. Erin piensa que al final deben llevarlos al Instituto para ser protegidos, aunque Adam no está de acuerdo.

Gracias a la información que Miles reunió, triangula una localización entre el laboratorio donde tenían a Belle y Gethin, la mansión de Damon y una estación de metro abandonada. Él les explica que esa es su entrada a las computadoras principales de la organización de Damon y que, una vez estando ahí, podrá hackear la tarjeta madre para ingresar a toda la información existente. Sin embargo, menciona que el equipo que necesita está en la agencia e irá a las oficinas por la noche, pero Leslie se ofrece a conseguirlo pues ella aun tiene su tarjeta. Adam pregunta si es una agente y al no obtener respuesta lo entiende todo.

—Eres una maldita espía —cavila con rabia—. El dinero y tu...

Se corta antes de hablar de su hijo. Leslie trata de explicarse, pero él la ignora y pregunta cuál es el siguiente paso ahora. Erin pregunta por sus amigos y Miles menciona que no ha podido comunicarse con ellos desde que llegaron al Instituto, aunque aún tiene su ubicación gracias al radar. Concluyen que deben estar en los laboratorios. Preocupada, Erin decide ir a buscarlos. Aunque Miles y Diane tratan de detenerla, al final no pueden y Miles le entrega un rastreador y un audífono para que puedan comunicarse.

—Estás loca si piensas regresar allá tú sola —la confronta Diane.

—No irá sola —responde Adam.

Todos lo miran sorprendidos. Él le advierte a Erin que no le está pidiendo su permiso.

—Al menos así te tendré vigilado —alega ella.

Miles le entrega un rastreador y un audífono a Adam y ambos salen del departamento. Leslie sale detrás y detiene a Adam en las escaleras. Erin baja hasta el estacionamiento sola.

Adam acusa a Leslie de haber mentido en todo y ya no cree nada de lo que diga, incluyendo lo de su hijo. Sigue bajando y ella vuelve a alcanzarlo. Le muestra la foto de su hijo que siempre lleva consigo. Su nombre es Mads, tiene 8 años y vive con sus abuelos. Ella cometió un terrible crimen cuando era adolescente, por el cual debe servir para la agencia en la que trabaja, a cambio de libertad condicional y poder ver a su hijo tres horas cada dos semanas. Su trabajo era localizar a Wallace e informar sobre lo acontecido en el Instituto y creyó que él podría servirle para ello. Adam mira la foto, reflexivo.

—¿Y tuviste que mentirme para lograrlo? —reclama Adam.

—¿Me hubieras dejado quedar si te hubiese dicho la verdad desde el principio?

Él pretende irse, pero ella lo retiene asegurándole que no informó nada a nadie porque las circunstancias cambiaron. Discuten y al final ella confiesa que es porque se enamoró de él.

Él suspira y acaricia su mejilla. La contempla con recelo. Se pregunta si realmente siente algo por ella. No la ama, pero tampoco puede aborrecerla. De hecho, sigue atrayéndole.

—Ni siquiera sé quién eres realmente —afirma finalmente.

—Nunca pretendí hacerte daño, Adam —pronuncia con tristeza—. Lo único que quiero es estar a tu lado.

Él suelta un suspiro y le entrega la foto.

—Vete a casa. Deja de mentirte a ti misma y haz lo que tengas que hacer para proteger a quien realmente importa —ordena mientras se da la vuelta y se marcha.

Ella lo contempla subir al auto y partir. Se queda llorando en las escaleras.

~▪️~

En el departamento, Miles y Diane charlan con Geth y Belle. Después de un rato Miles se preocupa por Leslie y sale a buscarla. La encuentra sentada en las escaleras y se sienta junto a ella. La consuela sin preguntarle lo que pasa, hablando un poco de su hijo y de lo mucho que la admira, pero pronto ella le dice que se siente atrapada y que extraña mucho a Mads. Le confiesa que desearía tener una vida normal, cuidar de su hijo y estar con alguien, pues en realidad es muy romántica. Miles se da cuenta de lo que siente por Adam y se preocupa, advirtiéndole que es peligroso, pero ella se pone a la defensiva. Al final le dice que no importa porque, de todas formas, no puede tener nada con nadie ni vivir la vida que quiere ya que está esclavizada a la agencia.

Miles la abraza y le recuerda que siempre va a estar para ella, pero Leslie le pide que pare pues sabe que estuvo perdidamente enamorada de él. Miles sonríe con tristeza y la abraza más fuerte, diciéndole con humor que siempre será su amor prohibido. Ella se ríe entre lágrimas y se relaja un poco.

Mientras tanto, Diane, que había salido poco después detrás de Miles, contempla desde arriba la escena y escucha lo último que dicen. Se queda congelada, con la impotencia concentrada en sus puños aferrados al balcón y el aliento atascado en la garganta.

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