DDE V. CAPÍTULO 2



En el piso donde se hospeda Miles, éste trabaja concentrado en el computador. Al fondo de la sala, el televisor transmite las noticias del día. La presentadora comenta el ataque que sufrió el Instituto Wallace y las terribles consecuencias que se han registrado, mencionando cifras de muertos y heridos. Señala las medidas de desalojo del Instituto y de las calles alrededor, las ayudas económicas que se dispondrán para los damnificados y el apoyo de la sociedad y el gobierno para con el Instituto. Habla de los daños sufridos a la redonda por el desplome de los helicópteros y el miedo que se vivió esa noche. Los estragos son innumerables y se hace un homenaje a las víctimas del siniestro. Se habla de un ataque terrorista perpetrado por grupos antisistema y se cuenta cómo se han iniciando medidas extenuantes para localizar a los responsables.

Agotado, se echa para atrás, se estira y prende un cigarrillo. Entonces se levanta para ir a apagar la tele y en la sala contempla a Diane, que se ha quedado dormida en el pequeño sofá. Sonríe y le echa una cobija encima. Diane se despierta y lo descubre a su lado. Se despereza y le pregunta cómo va. Él le dice que no es fácil hackear un perfil bajo seguridad gubernamental.

—¿Eso te convierte en uno de los mejores hackers del mundo? —pregunta Diane con una sonrisa.

Pero él le dice que ni de cerca. Le explica que en un par de horas tendrá toda la información y podrá llevársela a Erin.

Diane mira el reloj y al ver que son las ocho le explica que tal vez esta noche no podrán, ya que ella se reencontró con unos viejos compañeros. A Miles le parece importante indagar porqué Damon mantuvo vivos sólo a ellos. Al final Miles resuelve llevarle a Erin la información por la mañana, teniendo así más tiempo para repasarla.

Diane se dispone a regresar al Instituto y dejarlo trabajar, pero Miles le ofrece con timidez quedarse allí esa noche. Ella alega que no quiere ser una molestia, pero él afirma que no lo es en lo absoluto. Al final ella acepta, pero sólo dormir en el sofá. Miles le pide que tome la cama y cuando ella pregunta dónde dormirá él, Miles señala el sofá. Ella se niega a quitarle su cama.

—Si te hace sentir mejor, podemos dormir juntos —levanta una ceja, a modo de insinuación.

—Oh, ese fue un gran movimiento, galán —se burla ella, a modo de sarcasmo.

—Tenía que intentarlo —se ríe él.

—Más suerte para la próxima.

—Ya verás. Algún día caerás en mis brazos —bromea.

—En tus sueños.

—Oye, estuve a punto de conquistarte siendo Tony, ¿no?

—Eso es porque "Tony" era interesante y humilde. Pero era un personaje. Miles es muy diferente —le explica.

—Pero era yo —sonríe él.

—No. Era un personaje. Tú no tienes nada que ver con "Tony".

—¡Seguía siendo yo!

Diane pone los ojos en blanco y se levanta.

—No hay peor tonto que el que no quiere escuchar, así que... —Se encoge de hombros, le da unas palmaditas en la espalda y le dice que mejor irá a preparar café.

Sale a la cocina y pone el agua a calentar. Entonces mira de reojo a la habitación y observa a Miles trabajar en la computadora. Se muerde el labio, frunce el ceño y vuelve su vista, abochornada y algo turbada por sus sentimientos confusos.

Cuando vuelve se sienta a su lado y le tiende una taza. Se ofrece a ayudar, pero Miles sólo está descargando archivos que después leerá. Diane se sorprende, pues son muchos documentos, pero él espera que así también pueda encontrar algo que dé claridad a la reaparición de los compañeros de Erin. Diane lo cuestiona y él admite que también se preocupa por Erin. Diane está de acuerdo, pero en su interior se siente culpable por comenzar a sentir ciertos celos.

~▪️~

Mientras tanto, en el Instituto, Erin se escapa de la carpa donde duerme para escabullirse hasta la puerta del edificio semi derruido. De pronto escucha ruidos y al girarse se encuentra con Jeremy, quien le pregunta si pretende entrar o va a quedarse observando la puerta. Ella le suplica que la acompañe, contándole que tiene que ir por algo que olvidó dentro y es de suma importancia para ella. Aunque él se niega, ella insiste hasta que él termina accediendo.

Entran al edificio y recorren el primer piso, donde está la primaria. Erin comenta que tras el desastre murieron alumnos muy jóvenes. Jeremy externa su sed de venganza y Erin guarda silencio. Lo dirige hacia el segundo piso. Arriba recorren los pasillos llenos de escombros imposibles de sortear. Jeremy le pregunta qué están buscando y ella se limita a decir que su memoria.

Finalmente se detienen frente a la oficina de Wallace y Erin entra con dificultad. Llega al polvoriento escritorio y saca el álbum que Otto le obsequió. Vuelve con Jeremy y le explica la historia de cómo Otto se lo dejó luego de saber que no podría devolverle su memoria. Jeremy toma el libro y ambos se sientan afuera de la oficina, en el suelo, a verlo. Jeremy presta mucha atención a cada una de las fotos.

~▪️~

Leslie sale de un negocio de la ciudad con una bolsa de compras. En el camino unos tipos intentan acosarla. Ella llega al edificio y cierra de inmediato. Adentro, mira hacia el techo que tiene un boquete por donde se ve la luna y las estrellas. Se queda así un rato hasta que aparece Adam desde las escaleras. Mientras avanza le dice que no debería salir tan tarde, aunque ella le dice que apenas son las 8, pero él alega que esa zona es peligrosa. Leslie pregunta si va a salir mientras él se pone una gabardina.

—¿Por qué?

—Porque... tengo cosas que hacer —responde despacio, extrañado ante su actitud ansiosa.

Para distraerla le entrega un folleto que contiene información sobre un banco que presta dinero a emprendimientos. Leslie le pregunta si quiere sacarle un préstamo, pero él se burla de esa idea, haciéndola entender que lo que planea es una estafa. A ella no le gusta la idea, pero se distrae cuando Adam pretende irse.

—¿Puedo ir contigo? —insiste.

Él se niega y entonces ella le pregunta si irá con alguien. Comienza a cuestionarlo y él, sorprendido, le pregunta si está celosa. Ella se sonroja, a lo que él se acerca y le dice tranquilamente que no puede hacer eso, que no pretenda crear tales derechos sobre él pues ella no es nada suyo.

Él se aleja pero, azorada, Leslie se planta frente a él, impidiéndole salir.

—Los hombres siempre son iguales. Primero parecen perfectos, hasta que comienzan a aburrirse y se marchan. Pasan tanto tiempo lejos que se convierten en desconocidos. Tienen "cosas que hacer" todo el tiempo y olvidan que las mujeres... Que las mujeres son perfectamente capaces de hacer lo mismo o más que ellos. —Comienza a alterarse, recordando cosas de su pasado, y termina soltándole débiles empujones a Adam—. ¿Pues sabes qué? No soy un adorno que puedes dejar en casa. No soy débil ni estúpida, ni un robot sin sentimientos. Maldita sea, ¡eres igual que todos!

Adam trata de pararla, pero al final le alza la voz, la sujeta de los brazos y la empuja hasta la pared, acorralándola, molesto. Le reafirma que no son nada y que no le debe ninguna explicación, que no agote su paciencia o intente entrometerse en sus asuntos o se deshará de ella, dejándole claro que no es más que una inquilina para él.

Leslie se queda inmóvil, con un sentimiento doloroso creciendo en su pecho. Se da cuenta de que el padre de su hijo y el propio Miles estaban en su mente cuando pronunció esas palabras.

—¿Qué pasa si estoy empezando a sentir algo por ti? —se atreve a susurrar antes de que él se vaya.

Adam suelta una risa sardónica, la mira de lado y contempla su perfil oculto tras su cabello. Le dice con frialdad que, por su bien, no lo haga, pues ese es el peor error que podría cometer. Se marcha por fin, dejándola sola y confundida, llena de dudas y con un nudo en la garganta que crece hasta derramarse en lágrimas silenciosas.

~▪️~

Jeremy le pregunta a Erin qué hacía el álbum allí si Otto se lo regaló. Ella le explica que la última vez que lo abrió fue cuando regresó al Instituto después de la muerte de Otto y decidió dejarlo allí porque, después de todo, le pertenecía a él y pensó prudente devolverlo, pero después del derrumbe quiso recuperarlo, pero como ya no dejaban entrar a nadie tuvo que escabullirse.

Mientras la escucha, Jeremy llega a la foto del grupo de Erin, donde también salen Otto, Reese Myers y Adam de unos 18 años. Entonces Erin descubre en la foto a Jeremy, que está tomado de la mano derecha de la profesora mientras Erin de la izquierda. Ella le pregunta si siempre se odiaron y Jeremy le cuenta que desde entonces fueron rivales, pero luego, en la secundaria, resultó que ella era la única niña interesante del grupo y terminó cayéndole bien. Cuando ella le pregunta qué pasó después, Jeremy se queda serio y le devuelve el álbum, diciéndole que deberían salir de allí antes de que alguien los descubra.

Él se levanta y camina hacia las escaleras. Erin lo alcanza y le pregunta por qué la odia. Él se gira sorprendido y le dice que no la odia; entonces ella le pide, desesperada, que le explique por qué la trata así. Jeremy finalmente le explica que, mientras Brad y Neil son sujetos fáciles de querer y que por eso se llevó bien con ellos desde que los vio, él es un tipo extraño al que le costó cinco años conseguir su amistad, por lo que no quiere que finja tenerle un afecto que en realidad no siente. Entonces, si ella vuelve a apreciarlo, quiere que sea por lo que pase a partir de ahora y no por las ideas que se haga de su amistad pasada.

Jeremy la pasa de largo y ella se queda allí, pensando. Lo alcanza en el primer piso y le dice que le parece triste tener que perder el tiempo de esa forma, pues ya no tienen diez años y no hace falta volver a empezar desde el odio mutuo. Jeremy le propone dejar de apartarla si ella promete no seguir indagando en su pasado. Ella acepta, contenta.

Caminan juntos hasta la salida y escuchan soldados afuera, moviéndose con apuro. Apagan las linternas y se asoman. Jeremy coge a Erin de la mano y la ayuda a salir del edificio. Llegan hasta las carpas y escuchan a un grupo de soldados hablar sobre una sombra que se movía cerca de la barda más alejada del campo. Erin le pide a Jeremy que la espere un momento, dándole el álbum. Se acerca a los soldados y les pregunta dónde vieron la sombra. Le señalan el lugar y ella les informa que se encargará. Se aleja junto a Jeremy. Una vez cerca de la barda, le pide a Jeremy que la espere a la distancia, camina hasta la reja y la recorre tranquilamente hasta que, minutos después, aparece Adam.

Lo siente acercarse entre las sombras y lo apunta con la linterna, cegándolo. Le dice que pensó que no volvería, pero él admite que la necesita a ella y a Miles Tucker, explicándole que conoce su caso gracias a la información que robó de distintos sitios. Erin tiene curiosidad, pero no se atreve a preguntar sobre el tema. Le pide que vuelva mañana a primera hora por ella, pues necesitan marcharse antes de que lleguen los agentes a investigar y los directivos intenten detenerla. Le cuenta que se negaron a prestarles su ayuda y que ella quiere hurtar un par de armas y transporte para el viaje. Adam la escucha y al final le promete que volverá cuando caiga el alba. Erin le pide que no se moleste en protegerla, sólo que cumpla con su parte. Luego de despedirse fríamente ella vuelve con Jeremy y se alejan juntos hacia las carpas.

Adam la observa entre las sombras y, cuando finalmente la pierde de vista, inhala con fuerza y se queda allí, destensándose con los ojos cerrados, hasta que logra desmaterializarse en forma de viscosidad gaseosa y se cuela hasta los laboratorios. Un truco nuevo que aprendió después del último accidente con las dosis del antídoto aunado a la reacción colateral en su cuerpo de lo que la psicótica le inyectó. Sabe que es peligroso, pero útil.

Llega hasta el elevador y baja por los engranajes. Recorre los pasillos hasta las salas principales y encuentra a dos doctores en una gran sala que tiene dentro un par de camas criogénicas apagadas. Están hablando sobre la máquina y que van a utilizarla con Erin. Después de escuchar lo suficiente, Adam se materializa y entra intimidándolos para que le expliquen sus planes. El más joven habla luego de que Adam casi le rompe el brazo: sedarán a Erin en la madrugada para bajarla y congelarla con la máquina, evitando que escape y ocultándola antes de que lleguen los agentes federales.

Adam los deja inconsciente y los oculta antes de volver a subir al campo donde están las carpas. Una vez que vuelve a materializarse se pone la gabardina, intentando ocultar sus temblores. Aquel es un truco complicado y trae pésimas consecuencias para su estado físico. Su brazo dañado pierde total forma humana, volviéndose viscoso e inútil, por lo que tiene que volver a amarrarlo con la cinta de hule que lleva consigo. Finalmente, mira al cielo estrellado, respirando con pesadez, sudando frío, sintiendo los órganos de su cuerpo rehacerse lentamente.

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