DDE IV. CAPÍTULO 8
Al salir al campo, guiados por el jefe, la mujer psicótica y Leo, Anthea, Goti y Erin contemplan un numeroso grupo de agentes, reprogramados y algunas bestias al perímetro del camino. Hay cuerpos apilados y rehenes heridos. La base está destruida y la lluvia la inunda.
Anthea los guía a la base y al acercarse a la entrada ven a Luz. Erin la llama por su nombre, conmocionada, pero ella levanta una ceja, extrañada, y de pronto Erin siente un dolor punzante donde las manos de Leo la sujetan. El jefe pasa frente a Luz y le toca el hombro con cariño mientras ella le dirige una furtiva sonrisa. Anthea y Erin la miran sin entender qué sucede. Anthea menciona que hay una entrada secreta. Los agentes mueven los escombros de la entrada y dejan pasar a Anthea, al jefe, a "Amanda", a Goti, a la psicótica, a Leo y a otros tres reprogramados.
Adentro, Anthea contempla la habitación de las armas vacía y se queda en silencio frente al jefe. Ante la mirada atenta de todos, finalmente pronuncia unas palabras.
—Erin... ¡Hazlo! —ordena.
Erin comprende el mensaje y concentra todas sus fuerzas para controlar su poder. Logra levantar las armas de todos y apuntarlas al jefe, al tiempo que crea un campo de fuerza alrededor de Anthea, Goti y ella, y hace girar los escombros. Leo la suelta en un acto reflejo y el jefe la mira, emocionado.
—¡Magnífico! Todo ha valido la pena al final —ríe.
Se acerca a Erin y le ordena a la mujer, que llama Mary, que mate al resto y lance los misiles. Les dice que destruirán el Instituto y todo rastro de ellos. Anthea lo mira horrorizada mientras Erin le advierte que si hace algo los asesinará, pero el jefe le pregunta cómo pretende proteger a sus colegas y protegerse a sí misma al mismo tiempo. Entonces entran varias bestias por el techo y lo derrumban. Erin trata de atacarlas, pero al expandir su poder lastima a Anthea y a Goti. Ella deja de expandirlo y trata de atacar a las bestias controlando su poder lo más que puede.
Derrumba la construcción y sigue atacando a las bestias, logrando matar a una de cuatro. Pero al tratar de medir su poder, hace que su campo de fuerza se reduzca y deje de proteger a nadie más que a ella.
El jefe dice que la dejen seguir peleando mientras ellos se llevan a Anthea. Leo la toma del brazo y la arrastra afuera, con Mary y los reprogramados detrás. Goti se levanta como puede y sale detrás de ellos. Afuera se reúnen con Luz y otros hombres que han descendido en un helicóptero. Goti intenta detenerlos pero el jefe lo ve y ordena matarlo. Anthea mira a la mujer levantar el arma y apuntarle a él, pero antes de que pueda disparar Anthea se lanza hacia él para protegerlo y terminan disparándole a ella en la espalda. Goti la sostiene en sus brazos al caer. Erin, desde los escombros, se da cuenta de lo que pasa y pretende atacar a Mary, pero una bestia la alcanza y le muerde la pierna. La lanza lejos y ella tiene que defenderse.
Goti se aferra a Anthea y le dice que la llevará al laboratorio, pero ella se niega. Goti está desesperado y se siente impotente, sus manos le tiemblan y su mandíbula también, pero la sujeta firmemente y con delicadeza a la vez. Anthea le pide disculpas y le dice que lo ama.
—No hagas eso... —susurra sobre sus labios, reteniendo las lágrimas, haciéndose el fuerte—. No te despidas.
De pronto Mary le apunta a la cabeza y el jefe le ordena que la suelte. Él accede a entregarla sólo cuando le dice que se la llevará para atenderla. Leo la levanta y la sube al helicóptero, seguido por el jefe y Luz, a quien éste último ayuda a subir. Anthea le advierte al jefe que si le hacen algo a Goti ella misma se quitará la vida. El jefe le dice a Mary que no lo mate antes de partir con Anthea en el helicóptero.
Goti se gira a Mary y le dice que la matará. Ella se burla de él y pretende dispararle a la pierna, pero él corre hacia ella y desvía el disparo para luego golpearla en la cara con su mano buena y tumbarla. Ella se levanta sonriendo, con los dientes ensangrentados, y se lanza contra él a golpes. Comienzan a pelear con brutalidad ya que ambos tienen una fuerza sobrehumana aunque, inevitablemente, Goti comienza a perder ya que tiene la desventaja del dolor punzante de su muñeca rota.
Mientras tanto, Erin lucha contra las bestias que la rodean. Ella les lanza cosas y trata de protegerse con sus poderes, pero aún no puede controlarlos de tal modo que pueda expandirlos y utilizarlos por completo sin que se le salgan de control y comience a destruirlo todo sin poder parar. No puede correr por la mordedura en la pierna y cada vez que se le lanzan tiene menos fuerzas para retroceder. No puede seguir reteniéndolos y se cae. Comienza a defenderse en el suelo, pero uno le alcanza el brazo y el resto se le echan encima.
Al girarse contempla a Goti luchando contra la mujer, pero al ver caer a Erin se distrae y la mujer lo tumba y le patea la cara repetidas veces, luego el estómago y lo deja semi inconsciente. Erin está al borde de la desesperación, cuando escucha una voz.
—Puedes hacerlo, Erin. Puedes controlar tu poder —escucha.
Al girarse al edificio contempla a un joven rubio de pelo corto que la mira fijamente. Lleva ropa haraposa y le insiste en que tiene que poder controlar su poder. Ella toma determinación y controla su poder para lograr quitarse a las bestias de encima. Comienza a expandir poder y las ataca con todo lo que hay al alcance, hasta lograr matarlas. Su poder empieza a expandirse, pero al final logra controlarlo lo suficiente para ponerse en pie.
El rubio la mira orgulloso, pero el poder de Erin es demasiado fuerte y comienza a expandirse, elevándola del suelo.
Empiezan a salir llamas del suelo y todo a su paso comienza a derretirse. Pero antes de que pueda perder el control por completo, un agente le dispara en el cuello un dardo que le quita todos sus poderes. Entonces varias reprogramados la rodean y la inmovilizan.
De pronto y sin previo aviso, se ve un helicóptero posarse sobre el edificio y un hombre apunta a éste con una bazuca. Erin forcejea, pero no puede zafarse y le colocan unas esposas al frente. *Se la llevan fuera del edificio por la salida de autos que está del lado del campo y todos salen de allí antes de que el hombre lance el proyectil.
Adentro del campo, Mary pone un pie en las piernas de Goti y lo levanta para que vea la explosión. Le dobla el brazo tan fuerte que se lo disloca. Todos contemplan cómo cae el misil y destruye parte del edificio.
Afuera del Instituto, en la parte delantera donde se encuentra la puerta principal que da al edificio que está siendo bombardeado, el chico rubio se reúne con otros tres jóvenes. Todo el perímetro está rodeado por los agentes enemigos que llevan como rehenes a estos cuatro chicos. Uno de ellos enfurece y ataca al agente que los vigila. Éste lo mata sin querer. Otro de los chicos lo golpea, pero un segundo agente acude y lo tumba. Finalmente se los llevan a un coche.
Varios estudiantes comienzan a correr intentando escapar por la puerta principal, huyendo de la explosión, pero los agentes los matan antes de que lo logren.
Adentro, Mary le pregunta a Goti si le gustan sus nuevas remodelaciones y le dice que van a destruir todo el lugar y a matar a todos hasta encontrar el laboratorio. Goti está malherido y no puede moverse, aunque sigue consciente y mira el edificio arder en llamas.
Afuera, Erin llora al contemplar la escena mientras la guían hasta la parte delantera del Instituto. El hombre del helicóptero dispara el segundo misil. El edificio comienza a desmoronarse y se escuchan los gritos de los estudiantes al morir. Erin sigue luchando pero no logra escapar.
Frente a la entrada hay varios camiones y la dirigen a uno de estos. De pronto aparece un auto negro frente a todos y se detiene allí. Los agentes ven a un hombre vestido de negro salir del auto y contemplar el edificio con seriedad.
—No puede estar aquí señor. ¡Márchese, por favor! —le dice un agente.
Él lo mira con odio.
—... Ustedes tampoco —responde con voz profunda.
Entonces toma del cuello al hombre, lo levanta y con fuerza bestial lo estampa contra el suelo. Ante el alboroto, todos se giran para mirar y Erin, aún retenida contra un camión, reconoce a lo lejos a Adam, que comienza a matar con sadismo a todos los que se le acercan. El hombre que tiene retenida a Erin la sube a la fuerza al auto y él sube del otro lado. Adam sigue matando a todos. Le disparan incontables balas, pero ninguna le hace ningún daño. Se mueve con increíble destreza y comienza a fluir la sombra negra que lo cubre entre más balas recibe y más hombres mata.
Al ver que el camión al que han subido a Erin se mueve, él se acerca y lo detiene desde atrás. El hombre se asoma para ver qué pasa y Adam aparece frente a su ventana con su mutación en estado leve. Lo saca del brazo, lo tira al suelo y le arranca las extremidades. Varios agentes corren a la salida, pero él los alcanza y no les da tregua.
Erin logra salir del camión y cae de rodillas, alcanza el cuerpo del hombre cercenado y toma las llaves para quitarse las esposas. Luego contempla la escena, impresionada. Entonces Adam se gira hacia ella y, por unos segundos, se miran en silencio.
De pronto se escucha el estruendo de un nuevo misil que cae en el Instituto. Adam gruñe y se lanza con agilidad sobre el camión para trepar hasta el techo y, controlando su mutación de forma impresionante, logra expandir sus extremidades, convirtiéndolas en largas garras mortales con las que alcanza el helicóptero, destrozando las hélices.
Erin observa anonadada, pero al ver a un agente aproximarse se levanta y cojea hasta la puerta, pero es allí donde se topa con Mary, que trae arrastrando a un muy machacado Goti. Ambas se miran, Mary con recelo y Erin a la defensiva, pero antes de que ninguna pueda hacer nada, el estruendo del helicóptero al caer unas calles a lo lejos hace que ambas se giren. Y allí, sobre uno de los tejados, contemplan a Adam, que bajo el manto de la noche parece un espectro en medio del cielo negro.
Entonces aparecen otros dos helicópteros y él tiene que enfrentarse a éstos. Mary se gira con rapidez hacia Erin y le da un puñetazo que la hace caer. Ella se levanta e intenta atacarla, pero Mary la vuelve a tumbar. Goti intenta ayudar, pero está muy mal. Mary ordena a uno de los agentes llevarse a Erin en el convoy mientras Adam está distraído. El agente se lleva a cuestas a Erin y la sube a un camión. Ella intenta pelear, pero el hombre la esposa por la espalda.
Adam se encarga de los helicópteros que hace caer, uno en el campo de entrenamiento dentro del Instituto y el otro sobre un edificio. Luego vuelve abajo y se coloca cara a cara frente a Mary, que le apunta con un arma. Ella le habla de los beneficios que les trajo a todos las muertes de Loward y Wallace, y que están agradecidos con él, que podría unírseles y ser parte del desarrollo máximo de la mutación genética, en vez de seguir siendo el villano de un montón de desagradecidos.
Adam no la escucha y avanza hacia ella, por lo que Mary dispara un dardo a su brazo. Ella sonríe y le dice que los experimentos genéticos no pueden ser más fuertes que los ideales colectivos. Sin embargo, Adam se quita el dardo y lo tira, pero en vez de perder su mutación como pasó con Erin, el brazo de Adam se vuelve enorme y negro, como el de una verdadera bestia, pero deforme y lleno de tumores. Mary frunce el ceño y, cuando Adam vuelve a correr hacia ella, vuelve a dispararle, pero él esquiva los dardos. En ese momento el convoy parte y Mary aprovecha para correr y llevarse a Goti. Ella sube a un auto blindado, pero antes de subir a Goti éste la patea y cae del auto. Como Adam se acerca a toda prisa, Mary no se molesta en levantarlo y se marcha en el auto que se va por el camino contrario al convoy.
Adam se queda parado unos segundos, evaluando detrás de quién ir. Entonces Goti, desde el suelo detrás de él, le dice que esa mujer le disparó a Anthea y que se la llevaron en un helicóptero. Luego le pide que la mate y encuentre a Anthea. Adam se queda callado, pensando en qué hacer. A continuación le dice a Goti que entre al edificio y busque ayuda. Luego vuelve al auto en el que llegó y se marcha detrás del convoy.
Goti lo contempla hasta que lo pierde de vista. Se arrastra hasta el interior del Instituto y se deja caer entre los escombros, bajo la lluvia, y contempla el lugar destruido y lleno de cadáveres. Minutos después salen por fin varios soldados y alumnos. El capitán Pyers aparece entre ellos y al mirar a Goti ordena que traigan a los doctores.
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