DDE III. CAPÍTULO 9

Diane, Tony y Lucy llegan a Chicago y rentan una habitación en un motel de paso para planificar lo que van a hacer. Concuerdan en que es prácticamente imposible subir a la torre donde probablemente se encuentre Erin, por lo que lo único que les queda es dirigirse al Área 20 para liberar a sus compañeros de una forma discreta y después planificar algo con ellos. Pero Diane dice que es mejor atacar la mansión para tomar a Damon desprevenido. Tony no está de acuerdo y le explica sus razones, pero Diane está exaltada ya que quiere vengarse cuanto antes de Damon y sacar a Erin de su poder en cuanto antes. Al final terminan discutiendo y para detenerla Tony la encierra en el baño. Diane deja de gritar y pegar a la puerta hasta mucho después y Miles sale a la barandilla, agotado. Leslie sale para hablar con él y lo tranquiliza, convenciéndolo de volver a hablar con Diane, recordándole que él ya no está trabajando para la organización luego de que él argumenta que no pueden interferir directamente en el conflicto entre Damon y el grupo de Wallace. Se descubre que la organización de Miles y Leslie aparentemente trabaja apoyando a Damon, ignorando todo lo que hay detrás.

Cuando Leslie le propone que deje salir a Diane, escuchan un ruido desde el baño y al abrir la puerta ven la ventana abierta. Miles regresa a la habitación, recoge en una maleta todo lo de valor y toman un taxi. Le pide que los lleve a la zona residencial de la ciudad y en el camino le dice a Leslie que Diane se dirige a la mansión.

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Damon está en el sofá, pero Erin, renuente, lo culpa por matar a Wallace. Pero él le dice que Wallace no está muerto. Luego de hablar un rato Erin admite que no le tiene miedo y finalmente toma asiento.

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Al llegar a la zona residencial, Miles y Leslie encuentran la mansión a pie, pero está cercada y custodiada. La rodean y encuentran un punto ciego, pero descubren que lo rodea un campo de energía impenetrable. Entonces son descubiertos por dos agentes que los acorralan.

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Poco antes, Adam llega en coche al perímetro del Área 20. Cuando baja de éste uno de los guardias sobre el enrejado llama a su compañero. Le apuntan con el reflector y Adam se cubre de la luz con el brazo.

Los guardias le dicen que se marche, pero él dice que no se puede ir. Cuando el mayor, algo agresivo, le ordena que se largue, Adam dice un simple nombre: "Damon". Los guardias le preguntan quién es, pero Adam insiste en saber dónde está Damon Loward. Los guardias terminan apuntándole y el mayor le da diez segundos para irse, contando hacia atrás, pero antes de decir uno se detiene al mirarlo hacer un gesto retador: levanta el brazo y, con una mano, simula una pistola y les dispara con ella. El mayor lo llama insolente y le dispara a quemarropa, pero Adam, en vez de caer, da un paso. Vuelve a dispararle, pero Adam extiende las manos, baja la cabeza y avanza dos pasos más. Ambos hombres disparan sin compasión y logran derribarlo por fin. En el suelo, Adam comienza a reírse histrionicamente, consciente del increíble poder que ahora posee.

Luego se levanta y sufre una grotesca mutación sólo en sus brazos y cabeza, y trepa ágilmente hasta ellos. Arroja lejos al más joven y al otro lo toma del cuello y le pregunta de nuevo por Damon Loward, pero el hombre se niega a responder. Le dispara al estómago y Adam finalmente lo decapita. Luego salta al interior del Área y camina a la zona de sectores, dejando tras de sí un extraño rastro de fluido negro gaseoso y viscoso.

Al entrar al Área todos los agentes y soldados se van sobre él. Comienzan a llegar grupos innumerables para atacarlo, pero Adam no sólo no recibe daño alguno, sino que, con una velocidad sobrehumana, alcanza a sus atacantes y los asesina con agilidad, creando un lago de sangre a su alrededor. Después de matar a la mayoría, el resto ya no se atreve a acercarse. Cuando se encuentra frente al edificio principal alguien lo llama a sus espaldas. Al girarse se encuentra con un sujeto en un traje negro con una máscara de cuervo. El sujeto afirma que es tal como lo había imaginado y Adam se burla de él, llamándolo el perro doméstico de Damon. El sujeto no se inmuta y le dice que es un placer para él morir en sus manos. Luego se quita la gabardina y se convierte en un monstruo mórbido y sin forma, viscoso y con varios brazos, haciendo añicos su traje y la máscara en el proceso.

Adam esquiva sus ataques con agilidad, mientras se da cuenta de que él mismo probablemente se convertiría en eso si deja de consumir el suero que le da Damon. Luego Adam muta completamente para convertirse en una bestia gigantesca que ataca a su adversario, mordiéndole y desgarrando su cuerpo. Finalmente lo deja sin piernas y atraviesa con sus garras su pecho. El ser, entonces, vuelve a su tamaño normal y cae rendido al suelo. Aún está cubierto por la sustancia viscosa, pero puede hablar.

Adam le dice que se dejó manipular por Damon y su juego sucio de alineación. El ser le sonríe y le explica que Damon no es el malo, sino Wallace y su grupo que le dan invisibilidad a los niños pródigos, que los controlan y los mantienen mansos, quitándolos del camino de la humanidad. Le dice que le falta mucho por comprender, pero que puede decidir si convertirse en un trágico héroe revolucionario o ser un buen hijo, obediente y retrógrada. Luego muere y, frente a los ojos aterrados de Adam, vuelve a su apariencia humana: es exactamente igual a Adam.

Perturbado, se queda un largo rato contemplando el cadáver de su doble, hasta que, finalmente, puede ponerse en pie y alejarse de allí. Logra recuperarse y le roba la ropa a uno de los cadáveres antes de alejarse lentamente. Vuelve a percibir el aroma que había estado siguiendo y se dirige hacia éste.

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En un bunker, en el perímetro del Área 20, se encuentran Anthea y Goti. Anthea está muriendo por el dolor de la bala en su pierna. Agotada, se lamenta por no haber podido salvar a sus compañeros

—Ni a Otto... ni a ti —dice mirando a Goti, que la mira seriamente, atado de manos a una tubería.

Ella admite que nunca se consideró una buena líder ni una gran amante, pero pensó que podría fingir por siempre que poseía una gran seguridad. Luego se acerca a él y trata de tocarlo, pero Goti se aparta. Ella le dice que lamenta no haberlo podido salvar y luego le confiesa que le hizo creer que ya no lo amaba por miedo, pero que en realidad lo ama más que a nadie en el mundo, y le cuenta cómo cambió su vida cuando él llegó a ella. Le dice que siempre lo amó y siempre lo amará. Luego corta el lazo que lo tiene atado y se deja caer contra la pared. Segundos después él pronuncia su nombre: Goti.

—¿Ese es mi nombre? —pregunta, sin moverse de su sitio aún.

Ella lo mira y sonríe, agotada.

—Sí... Alan Goti —responde con voz débil.

Pasan otros segundos y él se acerca a ella, la mira a los ojos y le dice que tiene que entregarla.

—Lo sé... Hazlo —suspira ella.

Pero en vez de eso le pregunta su nombre. Ella sonríe.

—Anthea... —Toca su rostro con fragilidad y poco a poco cae inconsciente.

Él la sujeta, confundido, cuando de pronto una luz penetra en el lugar y aparece Adam.

Goti se muestra a la defensiva, pero Adam pasa de él y se acerca a Anthea. Al verla inconsciente la toma en brazos y le ordena a Goti que lo siga, ignorando la condición de éste. Cruzan el Área, ocultándose de los soldados y se acercan al edificio principal. Adam le dice que tienen que llegar a la enfermería y Goti lo guía al interior, recordando levemente el edificio sin saber cómo. Goti se encarga de varios soldados mientras Adam protege a Anthea y al final llegan a la enfermería.

La acuestan en la camilla y Adam saca la bala de su pierna, desinfectando la herida y entonces ella despierta, por lo que tiene que sedarla, luego terminar de desinfectar a fondo, coserla y finalmente limpiar la zona y vendar. Después le inyecta un antibiótico y ambos se sientan en el suelo para esperar a que despierte. Es entonces cuando Adam, al preguntarle a Goti por Stan, se da cuenta de que no recuerda nada y concluye que fue "reprogramado" como los otros, pero que de alguna forma a recuperado un poco el juicio, al haber ayudado a Anthea.

—Ella es importante para mí, ¿no? —pregunta Goti, por lo que Adam se ríe.

—No seré yo quien te lo cuente.

Goti se queda desconcertado y mirando a Adam con desconfianza.

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Lejos de allí, afuera de la mansión, Miles y Leslie fingen estar perdidos para que los hombres que los descubrieron los dejen ir, pero estos les piden que los acompañen y los guían lejos de la mansión.

Miles avanza, seguido por Leslie, pero a medio camino aparece Diane y desarma a los hombres, dejándolos inconscientes en seguida. Miles se muestra impresionado. Diane los arrastra lejos de allí, ocultándose entre los arbustos. Luego les reclama en voz baja, preguntándoles qué hacen allí.

—¿Qué hacemos? ¡¿Qué estás haciendo tú, mocosa fugitiva?! —susurra él, casi queriendo gritar.

—¿Me estás reprochando? —se da por ofendida ella—. Si no estuviera aquí habrían muerto.

Miles aprieta los puños.

—Si no te hubieras fugado no estaríamos aquí —responde él.

—Si no me hubieras encerrado en el baño no me habría fugado —refunfuña ella.

—Si no hubieras actuado como una loca no te habría encerrado —debate él.

—Si no me... —comienza ella, pero de pronto un ruido los interrumpe y los pone en alerta.

Interrumpida su disputa colérica, ella le dice que no va a volver a discutir con él y que si quiere irse es libre de hacerlo.

—¿Nos trajiste hasta aquí sólo para mandarnos a la mierda a último momento? —reclama él.

Ella contesta que no, pero que tiene que entrar allí y enfrentarse a Damon Loward, quiera él o no. Miles le dice que van a ir con ella, puesto que ya están aquí. Luego le pregunta cómo van a entrar con el campo de fuerza y Diane admite al final que no lo sabe. Vuelven a discutir por ello y al final a Miles se le escapa decir que si estuviera Anthea Mount aquí podrían elaborar un verdadero plan. Entonces Diane le pregunta cómo sabe de Anthea y cómo ha logrado llegar a esa información. Leslie le suelta finalmente que no son ni Lucy ni Tony, y que no son caza recompensas. Ella pregunta qué son y Miles trata de convencerla de que no están en su contra, como lo hizo en su momento con Erin, pero Diane le da un puñetazo en la cara y le revienta la nariz. Luego sale corriendo.

Leslie lo ayuda, pero él le pide que la siga, a lo que ella se opone, argumentando que han ido demasiado lejos al inmiscuirse en los asuntos del grupo de Anthea. Luego le recuerda que él ya no es parte de la organización y ella ya no es su compañera. Cuando él trata de razonar con Leslie, ella le dice que sabe lo que él siente por Erin y lo que siente por Diane, pero no lo que siente por ella. Él le dice que la ve como amiga y ella le confiesa que no quiere ser su amiga ni su compañera. Luego intenta besarlo, pero él se echa para atrás instintivamente, diciéndole que no la puede ver de esa forma. Leslie se molesta y se marcha, recordándole que ella aún tiene una deuda con el gobierno que tiene que cumplir como agente. Miles se queda solo, con la nariz sangrando y sin saber detrás de quién ir.