DDE III. CAPÍTULO 2

Lucy conduce el auto, alejándose del bunker y del monstruo hasta que se asegura de que no los persigue. Finalmente, después de una hora en la carretera, se atreve a estacionarse en una farmacia. Ella baja a comprar y Diane mira a Tony, que está atrás, y le dice que lo mejor será que vayan a un hospital.

Tony se niega, diciendo que primero tienen que llevarla a ella a Boston.

Diane le contradice, poniéndolo a él como prioridad, ya que su vida es más importante. Luego de discutir un poco sobre esto ella le cuenta que todas las personas que la ayudan terminan lastimadas.

Le cuenta la historia del accidente de Chris y Stan y luego le cuenta cómo llamaba a Erin "princesita", aunque al final ella fue más valiente. Le dice que toda su vida se ha considerado nada y que la única razón de que esté viva aún es por una promesa que le hizo a Chris.

Tony le dice que es la primera vez que habla tanto, haciéndola sonreír. Luego le dice que tiene que aguantar un poco más para encontrar su razón para vivir.

Lucy regresa con un montón de fármacos y le pide a Diane que conduzca lejos de allí. Se dirigen a una carretera solitaria donde Lucy sutura la herida de Miles mientras Diane sale del coche para no ver. Cuando Lucy termina sale con Diane y le cuenta que antes era enfermera. Diane le dice que quiere continuar sola para no deberle la vida a más personas. Lucy entonces le cuenta que Tony conoció a una Erin hace tiempo y que por eso no la dejará ir, pero luego la deja sola para que elija. Diane mira la carretera y luego al auto.

Por la mañana Miles despierta en el asiento trasero, y al girarse descubre a Diane durmiendo frente a él. Se levanta y sale del auto. Leslie, afuera, le cuenta que Diane quiere irse, por lo que Miles pregunta si no ha funcionado todo el teatro para hacer que ella se sienta atraída por él.

—Tus encantos no funcionan con todas, ¿eh? —se mofa ella, algo exasperada.

Leslie confiesa que le habló de Erin y, cuando Diane sale del coche, Tony le pide que los deje seguir ayudándola. Le cuenta que Erin es una vieja amiga con la que está en deuda por salvarle la vida una vez.

Aunque Diane se niega al principio, finalmente accede a que la acompañen hasta Boston. Los tres suben al auto y se dirigen de nuevo a la ciudad.

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Mientras tanto, cerca del Área 28, un ente sin forma se aproxima. La seguridad lo deja entrar y éste se dirige hacia el edificio principal del área. Sube las plantas y se cuela dentro de una oficina. Entonces se materializa, adoptando la forma de un humano. Minutos después entra Damon, que se da cuenta de la presencia del hombre, pero no se inmuta. Le pregunta si los mató, refiriéndose a los soldados, a lo que él contesta que sí.

—Todos están muertos —explica.

Pero luego le cuenta sobre las dos mujeres y el hombre que regresaron al bunker. Sospechan que una de ellas es la mujer que escapó del Área 29, pero no saben quiénes son los otros dos. Cuando le pregunta por qué no los siguió a Boston, el hombre se muestra distante y preocupado, recordando cómo casi lo asesinan.

Damon le dice que se está volviendo débil, por lo que el hombre le dice que no, pues la próxima vez que los vea los matará.

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De vuelta a la ciudad, Diane finalmente llega a Boston y se despide de Tony y Lucy, dándoles las gracias y pidiéndoles que la dejen allí, ya que no puede llevarlos al lugar al que va, que es el Instituto. Tony le da su número para que lo busque después, cuando consiga un nuevo teléfono, y ella accede. Le da un beso en la mejilla y le dice que mejore sus tácticas de ligue. Finalmente se marcha y Miles y Leslie suben al auto. Entonces se marchan.

Leslie conduce al interior de Boston mientras Miles enciende el rastreador para seguir a Diane. Leslie, bromeando, le dice que es cruel por enamorar así a las chicas, pero Miles, indiferente, se defiende diciendo que es un truco extra para poder hacer mejor su trabajo, ya que le ayuda a conseguir su confianza, una guardia baja y un pretexto para seguir en contacto con ella, lo que les servirá más adelante.

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En el Área 28, Damon entra en la celda de Anthea con una bandeja de comida, queriéndola convencer de hablar sobre la ubicación del Instituto, pero Anthea se niega en rotundo, diciéndole que sus objetivos son egoístas y que nunca le llegará ni a los talones a Wallace. Damon le dice que en cuanto Otto muera él será el único que podrá mantener en pie las investigaciones ocultas del Instituto. Pero Anthea se burla de él, hablándole de que Wallace estuvo profundamente enamorado y que esa persona tuvo un hijo que para Wallace fue como un hijo también, así que ese niño, que ahora es un hombre, será quien acabará con él.

Damon se molesta con ella y luego de amenazarla para que hable y de que ella le diga que tendrá que matarla antes, Damon hace pasar a Goti, pero éste se encuentra en un estado hipnosis y no reconoce a Anthea. Ella se acerca a él y trata de hacerlo reaccionar, pero su mirada es fría y está vacía. Se ha convertido en un zombie.

Damon le ordena inmovilizarla y éste obedece de inmediato. Damon le dice a Anthea que hay dos formas de salvarlo: consiguiendo la forma de acceder a sus laboratorios y encontrando el modo de revertir la hipnosis, además de matarlo a él mismo para impedir que vuelva a hipnotizarlo, o simplemente contándole lo que quiere saber para que lo deje libre. Cuando Goti y Damon salen del lugar Anthea llama a este último, diciéndole que escoje matarlo. Damon le desea suerte y se marcha.

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Diane llega al Instituto y de inmediato le curan las heridas. Después habla con el doctor Wells y le cuenta sobre el incidente en el Área 29, que atraparon a los gemelos Kagee y a Erin. También le cuenta sobre los soldados muertos en el bunker, aunque omite la historia con Tony y Lucy. Entonces le pide ayuda para localizar al resto del equipo, es decir, a Goti y a Stan. Él le dice que estuvieron allí, fueron por Adam y se lo llevaron para buscar a Anthea, pero que después de eso no ha sabido nada de ellos ni por teléfono. Diane le pregunta por Adam y éste le afirma que él no pudo haber secuestrado a Anthea, pues llegó solo al Instituto con la intención de sacrificarse, pero que cuando Goti le dijo lo de Anthea, él mismo se preocupó muchísimo y fue en su búsqueda.

Después de discutir el tema sobre si ir a buscarlos para salvar a Erin, a sabiendas de que es sumamente peligroso dejarla en manos del enemigo, finalmente no llegan a ningún acuerdo y ella, enojada, se marcha del Instituto por la tarde. Sale a buscar a Tony.

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Miles y Leslie se encuentran fuera de la ciudad, en un restaurante en medio de la carretera, trabajando, cuando él recibe una llamada de Diane desde un teléfono público, pidiéndole que se vean.

De inmediato acuden a su cita en una cafetería donde Diane les explica lo importante que es salvar a Erin Kenrick, aunque sin mencionarles que se trata de una misión en contra de una asociación secreta infiltrada en el gobierno y por parte de un grupo de personas con mutaciones genéticas.

Ambos acceden a ayudarla con la excusa de que él conoció a Erin y le inventa una historia sobre un encuentro que tuvo con ella y cómo le salvó la vida, justificando así que conoce los poderes de Erin y ligeramente la situación peligrosa en la que se encuentra, aunque finge ignorar todo lo demás, es decir, al Instituto, el ataque a los mutantes, a Otto y al propio Adam. De este modo Diane se convence de que puede confiar en ellos y acepta su ayuda. Deciden reunirse pronto, cuando estén listos para entrar al Área 29.

Sin embargo, ese día se posterga inevitablemente.

Diane regresa al Instituto por la noche y le pide al doctor Wells que la ayude para mejorar sus técnicas de combate. Entonces él la lleva con el equipo militar para entrenar junto a Steeven Pyers, el mejor coronel del cuerpo. De inmediato ella se da cuenta de lo estricto que es el hombre y de que tiene que ponerse en cintura si quiere cumplir su propósito.

Luego de acordar unirse al entrenamiento militar, Diane se instala en una de las literas para reclutas, poniendo sobre la cómoda nada más que una fotografía de ella junto a Chris y Stan cuando eran todos más jóvenes. Suspira sentada en el colchón, con una mirada rígida y severa, dispuesta a cumplir la promesa que le hizo a Chris.

Así, Diane pasa tres meses en entrenamiento, fortaleciendo sobre todo su técnica para escabullirse, para luchar sigilosamente y derrotar a su contrincante en menor tiempo. Steeven Pyers pone consideración en el objetivo del que ella le habla.

—Si quieres infiltrarte en un área de alta seguridad militar, tú sola, lo mejor que puedes hacer es volverte invisible, atacar rápido, salir corriendo y no dejar rastro —le dice él durante los entrenamientos.

Diane toma nota meticulosamente de todo lo que él le dice.

—Ser rápida, letal y precisa —asiente ella—. ¿Qué más?

Steeven alza una ceja.

—¿"Qué más"? —se ríe—. Rezar por que no te vuelen los cesos en mil pedazos.

Diane traga saliva mientras el entrenamiento continúa.

Todas las noches, al ir a la cama, observa la fotografía de Chris y Stan, y de vez en cuando sueña con Erin siendo atrapada por los agentes. Son los tres meses más pesados de su vida, pero ella está dispuesta a seguir, a olvidarse de sus miedos y enfrentar el mundo como sus compañeros le han enseñado.