DDE II. CAPÍTULO 7

Al atardecer llegan a una gasolinera lejos de la civilización, donde se detienen para comprar un mapa de la zona en el minisúper. Leo le pide a Diane que despierte a Erin y ésta lo hace de forma brusca, llamándola princesita. Tienen que estar despiertas porque están cerca del Área 28. Luego Diane sale del auto y Erin sale detrás de ella. Diane rechaza su ayuda para cargar gasolina. Luego Erin le pregunta por qué la llama princesita y ésta le dice que todos así la llamaban por ser una niña delicada. Aunque Erin le recuerda que ella le ganó en el duelo en la mansión de Anthea, Diane le explica de mal modo que eso no significa nada porque en la vida real no podría sobrevivir sola.

Antes de que pueda alegar algo Leo y Luz regresan a toda prisa y les ordenan subir al auto. Leo arranca y les explica que en el minisuper había hombres iguales al hombre que conducía el camión que los había perseguido tiempo atrás.

Al girarse, Erin distingue un par de hombres a lo lejos del mismo color grisáceo que aquel hombre de aquella vez. El grupo especula que deben saber que están cerca y deciden aléjese un par de kilómetros luego de darle una vuelta al perímetro del Área 28 con la intención de despistarlos.

Al anochecer llegan a un motel donde se hospedan en dos habitaciones. Erin y Diane tienen que compartir habitación.

Deciden hacer turnos de vigilancia y Diane pide el primero. Erin se acuesta en la cama mientras Diane se queda junto a la ventana en un pequeño sofá. Erin se asegura de que Diane no tenga intenciones de matarla mientras duerme.

—Sólo para que lo sepas —le dice Diane al final—, yo ganaría si tuviésemos que enfrentarnos en la vida real.

Sin más deseos de seguir discutiendo con ella, Erin se da la vuelta y se duerme.

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Lejos de allí, Stan y Goti llegan al Instituto Wallace por la noche.

Al llegar al estacionamiento ven allí el otro auto que estaba en el bunker. Goti y Stan bajan y se acercan a la entrada, donde uno de los guardias los recibe y luego de proporcionar sus nombres los lleva al interior del Instituto, donde uno de los científicos los recibe. Éste los mantiene en la recepción mientras analiza sus datos, y luego de que pasa un tedioso proceso para comprobar que no son espías, el hombre les pide que esperen allí mientras va a buscar al doctor Wells, con quien ha estado Adam desde que llegó.

Goti se impacienta, pero Stan lo tranquiliza para que no se cuele a la fuerza a los laboratorios.

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Mientras tanto, el científico baja hasta donde está el laboratorio del doctor Wells y llama a la puerta.

Dentro del laboratorio, Adam, sin camisa, se encuentra sentado y amarrado a la silla. El doctor prepara un suero, que es morfina, para inyectárselo, pero el llamado a la puerta los interrumpe.

Aunque pretenden ignorarlo, Adam finalmente le pide que atienda y, cuando éste abre la puerta, el científico le informa que hay dos hombres que vienen de parte de Anthea y que piden hablar urgentemente con Adam. Al escucharlo éste le pide que los eche, pues no tiene intenciones de hablar con nadie. Sin embargo, en ese momento aparece Goti y Stan, que irrumpieron en la zona restringida. El científico pretende reprenderlos, pero Goti lo ignora y se dirige directamente a Adam. De inmediato lo acusa de secuestrar a Anthea y él, al enterarse de que Anthea desapareció, lo culpa a él.

Discuten, pero el doctor Wells logra calmar a Goti, explicándoles que Adam no pudo secuestrar a Anthea porque él se dirigió al Instituto para morir. Al enterarse de esto Goti y Stan se quedan en silencio. Goti le pide a Stan que saque a los doctores y éste así lo hace, dejando a Goti y a Adam solos en la habitación.

Adam le dice que no fue él, pero Goti le apunta con un arma, amenazándolo, diciéndole que desde que llegó fue un problema para él y para Anthea. Luego le asegura que sabe que quiere morir porque en el fondo desea ser un héroe, no quiere morir siendo un monstruo, siendo nada... Pero que si ahora mismo le dispara no será nada más que otro idiota muerto.

—Para ser un héroe primero tienes que ensuciarte las manos allá afuera —le suelta Goti.

Finalmente le pide ayuda para buscar a Anthea.

Al principio Adam se niega pero, mientras abre las correas que lo sujetan, Goti le explica que Anthea sabe quién es su madre y qué fue lo que realmente pasó cuando era un niño.

Al final Adam accede sin quedarle más opciones ya que Goti le prohíbe morirse, adoptando una actitud autoritaria sobre las propias decisiones de Adam.

—Vas a ir allá y salvarás a Anthea, y luego le dirás que te cuente todo lo que sabe sobre ti.

Finalmente salen del laboratorio y Adam le dice al doctor Wells que se irá con ellos. Stan y Goti se adelantan con el otro científico mientras Adam le pide a Wells que le deje llevarse esas dosis de morfina "por si acaso". Él se las da en una mochila junto con su camisa.

Los tres salen más tarde del Instituto y suben al auto. Stan conduce y Goti va a su lado mientras Adam se va atrás. Cuando Adam pregunta cuál se supone que es el plan Goti le dice que hay un lugar donde Anthea tiene un respaldo de información en Boston.

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Mientras tanto, en el motel donde están Erin y Diane, ésta última despierta con brusquedad a Erin, informándole que ya es su turno. Erin se levanta con pesadez mientras Diane se burla, diciéndole que el segundo turno es el peor.

Cuando Diane se acuesta Erin se sienta en el sofá, pero comienza a cabecear, por lo que Diane la regaña y le dice que si le cuesta mantenerse despierta hable en voz alta. Erin no sabe qué decir, pero finalmente le dice que ella no es débil y que no es su culpa si tuvo una vida diferente a la de ella. No creció en las calles pero no por eso tiene que ser más débil. Luego le cuenta que perdió la memoria y no recuerda lo que ha pasado durante sus 20 años de vida y no sabe si recuperará sus recuerdos, así que prácticamente no tiene pasado, por lo que lo único que cuenta es quién es en su presente.

—Sí, bueno... Pues sigues siendo una princesita —afirma Diane, renuente a simpatizar con ella.

Erin rueda los ojos y decide quedarse callada. Poco después Diane se duerme.

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Lejos de allí, el auto donde van Stan, Goti y Adam sigue avanzando. Goti va distraído, pensando y recordando.

Recuerda cuando conoció a Anthea hace 6 años. Recuerda cómo ella batallaba para controlarlo en la correccional, cómo era ella la única a quien escuchaba. Recuerda su sonrisa, su sabiduría y su cariño maternal. Recuerda cómo se puso roja cuando le confesó que la amaba y cómo se aferró a él cuando éste le pidió que lo dejara acompañarla a Washington. Recuerda su primer beso, su primera mirada de amor, la primera vez que le hizo el amor, la primera vez que le dijo que lo amaba, la primera vez que amaneció con ella a su lado, y cada una de las sonrisas que le dirigió a él, las miradas radiantes que le otorgaba cuando estaba enamorada de él.

Pero entonces recuerda sus palabras de la noche pasada.

"Estarás mejor sin mí."

Recuerda su mirada hostil, su carácter frío, sus caricias falsas, y entonces mira a Adam por el retrovisor. Éste dormita en la parte de atrás, y mientras lo mira Stan interrumpe sus pensamientos.

—¿Puedo saber por qué lo hiciste? —le pregunta, refiriéndose a Adam.

Goti entrecierra los ojos sin apartar la mirada del hombre.

—Porque es a él a quien querrá ver cuando la encontremos —sentencia.

Esa misma noche llegan a una vieja casona abandonada, la misma donde Anthea y Goti pasaron algún tiempo juntos. Goti les explica que es allí donde Anthea vino cuando llegaron a Boston hace unos días para guardar su equipo junto con la información y llamar al equipo militar que los acompañó en el bunker. Los tres entran al lugar y son escoltados hasta la oficina de Anthea, que resulta ser una gran habitación de biblioteca.

Stan se tumba a dormir y Adam se acuesta en otro sofá, mientras Goti busca información en la computadora. Lo que hace es rastrear la ubicación de Anthea en todo Boston.

Mientras trabaja, Adam no puede evitar preguntarle por sus sentimientos hacia Anthea y, aunque Goti se muestra renuente a hablar sobre su relación con ella, sí le pregunta hasta qué punto le importa a él.

Adam confiesa que, si ella se lo pide, él se quedaría siempre a su lado.

Goti, ocultando su desdén, le advierte que si llegara a traicionarla él mismo lo mataría. Al final, da a entender que está dispuesto a dejar ir a Anthea si es a Adam a quien ama, pero Adam también da a entender que sabe que ella es más importante para Goti que para él.

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Al amanecer, Erin se espabila y se levanta del sofá, agradecida de que por fin haya amanecido. Despierta a Diane para decirle que bajará por un café y Diane decide ir con ella.

Cuando salen de la habitación Erin llama a la habitación de Luz y Leo, pero al no recibir respuesta se asoma por la rendija de la ventana y ve a Leo y a Luz juntos en la cama, aparentemente desnudos, durmiendo, mientras Leo la rodea en sus brazos de forma romántica. Erin se echa hacia atrás, sorprendida, pero no le cuenta nada a Diane.

Cuando bajan al living Erin la detiene bruscamente y se ocultan afuera de la recepción. Diane le pregunta qué pasa y Erin señala a las personas de la recepción: son hombres grises, como los que estaban en la gasolinera. Rápidamente regresan a las habitaciones y llaman con insistencia a la de los gemelos. Cuando abren ellas les explican la situación y los cuatro bajan a toda prisa, toman el auto y se marchan antes de que los puedan ver.

En el camino les extraña que los sujetos no los hayan perseguido si ya sabían que estaban allí, pues de otro modo no hubieran llegado hasta el motel. Entonces Erin lo comprende: ellos en realidad ya sabían que se dirigían al Área 28, por eso pusieron a todos esos centinelas en los alrededores del Área, probablemente como un mensaje de advertencia. Ellos saben que están allí y los están esperando. Ni siquiera los atacan porque saben que entrarán por su propio pie.

Ante esta amenaza lo único que logran acordar es dirigirse a la otra Área cercana: el Área 29, que es la otra ubicación donde los mapas que robó Diane marcan las demás bases donde se desarrollan algunos de los experimentos que está haciendo Damon y su equipo clandestino.

Al alejarse con el coche del Área aparentemente desierta, de pronto aparece frente a ellos una hilera de hombres grises que bloquean el paso. Ellos se detienen un momento pero, luego de que Erin crea un campo de fuerza alrededor del auto, Leo acelera y los pasa a todos. La mayoría comienza a perseguirlos con impresionante rapidez. Cuando están demasiado cerca Erin logra desprender un halo de energía que lanza hacia atrás, a los hombres, con una fuerza impresionante. Sin embargo, el esfuerzo deja muy débil a Erin. Aún así, logran alejarse de la zona y salir del peligro de momento.