DDE II. INTRODUCCIÓN / PRÓLOGO



Erin y Adam viajan toda la noche en tren hasta llegar al día siguiente por la tarde a Washington.

Mientras tanto, en la estación, dos jóvenes entran desde temprano y esperan en una banca. La chica lleva consigo un teléfono con una fotografía de Otto, Adam y Erin por separados. El chico tiene el teléfono pegado a la oreja, tratando de comunicarse con Wallace. Se trata de un hombre y una mujer casi de la misma edad que Erin. La chica tiene el cabello hasta la cintura, lacio y rubio muy claro. El chico tiene el cabello corto, hasta donde da a sus ojos, del mismo rubio que ella. Ella tiene un estilo más desenfadado y armonioso, aunque aun así es seductora y sofisticada por naturaleza. Él, en cambio, parece algo rebelde y cerrado, con un estilo más rudo. Ambos son muy pálidos y altos y van vestidos completamente de blanco con gafas negras.

Cuando llegan por fin a la estación, Erin y Adam bajan y caminan a la salida, pero entonces son llamados por sus nombres completos. Al girarse se encuentran con la pareja de rubios. El chico les pide explicaciones por llegar tarde y la chica pregunta por Otto. Adam les habla sobre el accidente del tren y el secuestro de Otto, así que ellos los llevan fuera de la estación y suben a un auto grande y lujoso.

El chico conduce y en el camino Adam y Erin les explican todo lo que pasó de camino aquí. La chica, que está sentada frente a ellos, les dice que Anthea sabrá qué hacer al respecto. Mientras tanto cura sus heridas y les pregunta por sus enemigos, de los que ellos no saben mucho. Pero ella, al ver que el cuerpo de Adam no tiene ninguna herida, le asegura que sus enemigos, si son inteligentes, deberían tener mucho miedo.

Después de un rato finalmente llegan a la entrada de un extenso bosque, por donde entran con el auto. Adentro hay un portón que se abre al pasar, y adentrándose todavía más por un camino marcado finalmente llegan a una gran mansión. Se detienen frente a ésta.

Los cuatro entran a la casa y pasan del hall hacia una amplia habitación. Parece una especie de recepción que da a unas escaleras de madera, elegantes pero más pequeñas que las de la entrada principal. Entonces, de éstas, aparece una mujer de aspecto elegante y sofisticado, vestida con un vestido blanco, corto y entallado. Es una mujer algo mayor pero aún muy guapa y de aspecto fuerte y conservado. Es de piel negra y lleva el cabello al cero. Sin embargo, sus ojos marrones denotan juventud, alegría, fuerza y determinación. A primera vista parece una líder nata.

Cuando termina de bajar las escaleras y camina hacia ellos, haciendo resonar sus tacones negros por el suelo de madera, Adam ya ha quedado hechizado con su belleza única.

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