DDE VI. CAPÍTULO 2

En la autopista, Erin y Adam caminan de vuelta a la ciudad.

—¿Tendremos que caminar hasta la ciudad? —cuestiona Erin con pesadez.

—No creo que quieras volver nadando —ironiza Adam.

Ella sigue quejándose, pero él le recuerda que, cuando la conoció, caminaba distancias mucho más largas. Erin recuerda aquel viaje que hicieron y de pronto es consciente de todo el tiempo que pasaron juntos.

—A veces se me olvida que te conozco desde hace bastante tiempo —reflexiona ella.

—Sí... —Adam ahoga una sonrisa burlona—. Desde que tienes uso de memoria.

Erin lo mira sorprendida.

—Vaya, qué sorpresa. Ahora tienes sentido del humor —se queja.

Se ocultan en el bosque cuando una caravana llena de hombres grises pasa en dirección a donde el camión explotó. Siguen avanzando. Ella va pensando en Jemy y en que debe estar preocupado.

Finalmente llegan a un barranco. Adam baja, pero Erin se queda arriba cuando la caravana vuelve y se detiene para examinar la zona. Se ocultan separados y cuando ella logra bajar Adam la toma por sorpresa, cubriendo su boca para silenciar su grito, y se ocultan mientras escuchan a un hombre decir que van a vigilar cada entrada de la ciudad por si deciden volver. Cuando se van ambos deciden rodear el río para volver por el este y no por el norte.

Después de andar una hora más, encuentran un viejo taller y pretenden pasar allí la noche, pero al entrar un hombre les apunta con una escopeta, corriéndolos a pesar de sus peticiones. Al salir Adam alega que pudieron haberlo forzado, pero Erin se molesta por su agresividad y terminan peleando. Adam se queda bajo un árbol y Erin sobre el techo de una caseta.

A medianoche ella ve a dos bestias entrar al taller y decide entrar para ayudar al hombre. Adam, que se percata de esto, ve a otras tres bestias acercarse y va detrás de ellas. Adentro, Erin encuentra al hombre en el segundo piso y él la amenaza, haciendo demasiado ruido. Aparecen las dos bestias y Erin lo lleva escaleras abajo. El hombre la conduce a una puerta de seguridad y cruzan un largo pasillo hasta salir del otro lado hacia un taller posterior. En el camino Erin le explica lo que pasó en la ciudad. En el taller se topan con una bestia y Erin encierra con sus poderes al hombre de nuevo en el túnel. Detiene a la bestia con un campo de fuerza. Corre hacia un montón de chatarra, pero es derribada.

Afuera, las tres bestias escuchan su grito y corren, con Adam detrás. Logra detener a una.

Erin se pone de pie y arroja con su poder toda la chatarra al monstruo, matándolo. Está agotada, pero ve a las otras dos bestias y logra subir a una plataforma para huir. Una alcanza su pierna, hiriéndola. Arriba cae al suelo y se arrastra. Adam aparece después de haber matado a la bestia que detuvo y ve cómo Erin arroja lejos a las dos bestias, logra ponerse en pie y suelta un grito de rabia. Su poder se concentra tanto que las bestias quedan inmovilizadas contra la pared y son aplastadas. Una última bestia aparece a sus espaldas. Ella se gira con los ojos blancos, levanta una mano y la inmoviliza. Mueve la otra mano de abajo hacia arriba y las viseras del monstruo son expulsadas por su boca. Cierra su mano en un puño y al abrirla el cuerpo vacío explota, manchándola toda de sangre. Después de un rato baja y se deja caer en los brazos de Adam, exhausta.

El hombre finalmente abre la puerta y se topa con la impactante escena. Más tarde les trae café mientras se limpian. Se presenta como Larry Sledman y les pide perdón por haber sido hostil. Les da las gracias y, al rechazar su oferta de acompañarlo a su pueblo para refugiarse, les regala una vieja camioneta en agradecimiento, les explica cómo llegar al pueblo en caso de que quieran escapar y se despide. Cuando se quedan solos vuelven a discutir luego de que ella alega que podría enfrentarlos a todos con este poder que tiene y él le recuerda que es efecto del suero. Ella lo llama débil e irrelevante y él se marcha por el auto, avisándole que no la dejará hacer estupideces. Cuando vuelve ella sube y trata de disculparse, pero en ese momento aparece el convoy y los rodea. El hombre de traje, el "jefe", baja y les pide arreglar esto de forma civilizada, pero Adam acelera mientras Erin expande un campo a su alrededor. Entonces todos los autos los siguen menos el jefe, que informa de la situación a Bloody Mary.

Atraviesan el bosque para intentar despistarlos, pero unas bestias los siguen y Erin usa sus poderes, pero un cúmulo de energía empieza a formarse alrededor del coche. Adam sujeta su mentón y la gira hacia él.

—¡Quédate aquí! —le ordena.

Se reincorporan a la carretera y desde el camino hacia la ciudad ven acercarse un enorme convoy y deben tomar el camino contrario. A lo lejos divisa el letrero del pueblo del viejo del taller. Las bestias los alcanzan y Erin debe hacer frente, pero de nuevo su poder se excede y avería los controles y llantas. Adam la llama mientras gira hacia la carretera que desvía al pueblo, pero de otro coche apuntan un láser hacia ella. Adam gira y derrapa, así que la bala termina dándole a él. Pierde el conocimiento y vuelca violentamente.

Erin logra protegerlos y, cuando el convoy se detiene alrededor, ella sube al coche y cuando la atacan comienza una matanza sumamente sangrienta. El coche se prende en fuego, ella baja de un salto y lo aparta para sacar a Adam. Ve el letrero que dirige a la carretera en dirección al pueblo. Finalmente se marcha con él en brazos mientras el auto explota. Camina por horas hasta la entrada del pueblo y por fin cae rendida sobre la maleza, inconsciente y con Adam a su lado.

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A la mañana siguiente, en el hospital, Elena entra a la habitación y encuentra a Miles y Diane dormidos.

—Yo creo que ya está bastante bien el infeliz —se ríe Evan, que entra detrás.

Ellos se despiertan y, abochornados, se alistan para partir. Al salir Leslie se despide, pues debe volver al trabajo. Miles le pide que tenga cuidado, recordando las palabras de su ex jefe. Los hombres se despiden de ella y Diane comenta que ella es muy popular entre ellos. Miles, a petición suya, le explica que la llamó "su eterno amor prohibido" porque hace años se gustaron, pero nunca llegaron a más. También le cuenta la historia de Leslie. Más tarde parten para buscar a Adam y Erin.

Horas después llegan al taller donde estuvieron, pero está lloviendo y las huellas se han borrado. Evan, Logan, Terry y Miles entran para investigar mientras el resto charlan en la camioneta. Elena juguetea con Belle y ella le dice que la protegerá.

Adentro, Miles descubre una zona perimetrada y marcada. Entonces cae en la cuenta de que no están solos y al salir ven a un grupo de reprogramados llevándose al resto del grupo. Miles quiere ir tras ellos, pero Evan lo detiene, señalando a Calvin, que hace señas para darles a entender algo. Al marcharse ellos vuelven a la camioneta que ocultaron y se conectan al rastreador de Calvin, quien logró encender su micrófono antes de ser capturado. Escuchan a alguien hablar de Anthea y los tres soldados se sorprenden, pues la creían muerta.

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Los reprogramados llevan a los rehenes hasta un viejo edificio que usan de guarida. Al entrar contemplan hombres grises trabajando. Los encierran en una celda bajo tierra, esposados. Diane asegura que el otro grupo vendrá a salvarlos, pero otro hombre que está al fondo, junto a otros dos, les dice que nadie vendrá a salvarlos. Les cuenta que son soldados que estuvieron en el puente y que el Instituto los abandonó. Poco después dos grises bajan y se llevan a Elena. Belle trata de defenderla y recibe un golpe. Los hombres la llevan a un lugar solitario, pero Mary los encuentra, los interroga y los mata frente a ella. La lleva de vuelta mientras Elena se siente contrariada. Ordena a un reprogramado bajarla con el resto y cuando éste llega Diane se queda pasmada. Se trata de Goti.

Al meter a Elena a la celda le susurra a Diane que volverá para liberarlos. Belle recibe a Elena con alivio, pero cuando les cuenta que fue Mary quien la salvó, Belle se queda muda.

Mientras tanto, Goti se ve en aprietos, pues esta situación pone en riesgo sus planes, ya que, más tarde, Mary partirá a donde está Anthea y él no se puede quedar allí.

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Afuera una camioneta llega a la entrada y al ir a examinarla unos reprogramados, ésta explota. Todo el ajetreo sirve de distracción para que Evan, Logan y Miles entren.

—¿Y ahora qué? —cuestiona Logan—. ¿Cómo sabremos a dónde tenemos que ir?

—Pidiendo indicaciones —una voz a sus espaldas bromea.

Al girarse ven que se trata de Goti. Les explica que los vio llegar por las cámaras de seguridad y se encargó de que nadie más se diera cuenta. Le cuenta a Miles cómo llegó aquí y por qué, sobre el lugar donde sabe que está Anthea y después de analizarlo concuerdan que es aquel lugar donde ellos también deben dirigirse para encontrar la base informática que buscan. Luego Goti los lleva a un garaje y les muestra un auto que pueden usar para escapar. Les dice que irá solo por los chicos y los traerá aquí. Evan le ofrece un rastreador, pero Goti se niega, entregándole un radio con el que él podrá buscarlos. Antes de irse, Miles lo detiene y le pregunta si sabe algo sobre el Instituto, a lo que él contesta que hay mucha más mierda debajo de lo que él cree, pero el problema no es el Instituto en sí mismo, sino las personas que están en él.

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En las celdas todos escuchan cómo matan al guardia y aparece Goti, que los libera. Saca también a los tres hombres que estaban allí. En el camino les explica lo mismo que le contó a Miles.

Al querer huir de un grupo de grises Goti se topa con uno de frente y debe matarlo, alertando a los otros. Comienzan a perseguirlos y luchan, dispersándose. Al final todos llegan al garaje y corren al auto donde Evan, Logan y Miles los esperan. Goti se queda en la puerta diciendo que debe ir a buscar a Anthea. Diane lo abraza como despedida. Pero antes de que pueda llegar al auto aparece Bloody Mary junto a otros tres grises y la detienen, apuntándole a la cabeza. Entonces Belle grita su nombre desde el auto y ambas cruzan miradas. Al final Mary deja ir a Diane y cuando el auto se aleja los grises la cuestionan por dejarlos ir, así que ella los mata. Goti ve todo esto, escondido, y cuando sus amigos se han ido vuelve a su formación.

Sólo una camioneta sale tras el grupo, pero ellos logran matar a sus perseguidores con la ayuda de Terry, que se reencuentra con ellos con el otro auto. Finalmente retoman su camino.

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En la guarida, el "jefe", cuyo nombre es Antoine, regaña a Mary por dejar huir a los rehenes, pero ella le resta importancia, pues no eran importantes. Goti, en la formación, escucha todo. Más tarde se llevan a un grupo de reprogramados en un camión de vuelta al escondite principal.

Al llegar los bajan. Es la entrada de una cueva. Al bajar hay una enorme puerta de acero. Los meten en formación, pero Goti consigue separarse y se escabulle hasta la habitación donde sabe que estaba Anthea gracias a sus visiones, pero no la encuentra allí.

Sigue a un hombre que sale de allí y llega a una gran sala con puertas de cristal donde hay personas. A quien encuentra es al albino, atado a una plancha puesta en vertical. Goti, que ha estado recordando cosas, lo llama Leo. Le quita la mascada y descubre su boca deformada, sin piel, sin lengua, sin quijada. Cuando lo toca de pronto sabe dónde está Anthea. Leo trata de decirle algo, pero no puede.

Cuando entran personas Goti se oculta en un armario y ve al jefe entrar con una albina y otras personas. Ella llora y se resiste, pero la colocan frente a Leo, le ponen un aparato en la cabeza y al final ella parece olvidar todo de nuevo. Se marcha de la mano de Antoine. Al salir Goti le promete a Leo que lo sacará de aquí.

Finalmente, después de casi una hora recorriendo el lugar, llega a la enorme habitación que había visto en sus visiones, pero terminada. Hay infinidad de pasillos con experimentos humanos en cajones de cristal. Llega a una zona central con computadoras y escucha una voz. Al girarse se encuentra con una maltrecha Anthea que se lanza a sus brazos cuando él se acerca.

—¿Viniste por mí? —le pregunta con una débil sonrisa.

—No podría abandonarte —contesta él.

Ella se incorpora y lo guía a la salida, pero más pronto que tarde se da cuenta de que no es realmente ella.